La tragedia de los recientes incendios que afectaron a gran parte del país crea una gran oportunidad para diseñar e implementar nuevas formas de reconstruir y poner en marcha nuevamente a todas las zonas afectadas. Al respecto, un camino que en Chile no hemos explorado en profundidad son los  fondos con impacto financiero, social y medio ambiental.

A nivel mundial se han visto varias iniciativas en esta línea. Una de las más recientes es el Rise Fund, fondo de 2.000 millones de dólares que busca invertir en siete sectores donde la evidencia muestra que el impacto es claro y medible: Educación, Energía, Agricultura, Servicios Financieros, Salud, Información con Tecnología, e Infraestructura. Este fondo ha atraído a inversionistas como Bono (cantante de U2), Richard Branson (fundador de Virgin Group), Reid Hoffman (fundador de LinkedIn) y Laurene Powell Jobs (señora de Steve Jobs), entre otros.

¿Cómo funcionan? Básicamente buscan invertir y hacer alianzas con emprendedores que tengan proyectos con sentido y un impacto medible a lo largo de su operación en cuanto a generar cambios positivos en los entornos donde operan. Dado el reciente lanzamiento del Rise Fund, no aún se tiene evidencia de su impacto o lugar de operación, pero sin duda se sumará a lo que ya han logrado otros como Vital Capital, Reinvestment o Triodos Investment Management, que manejan activos de cientos de millones de dólares alrededor del mundo.

Chile tiene una gran capacidad para ponerse de pie y salir adelante en las desgracias, lo ha demostrado una y otra vez con la reconstrucción tras terremotos y maremotos a lo largo de su historia, con el rescate de los 33 mineros, o con el combate a los devastadores incendios de este verano, entre otras hazañas. Al mismo tiempo, el país ha logrado desarrollar una gran capacidad solidaria para momentos de crisis en que se necesita la colaboración entre compatriotas. La Teletón, Un Techo, Hogar de Cristo, Fundación Las Rosas, o Desafío Levantemos Chile son muestras clara de esta solidaridad.

Por otro lado, nos damos cuenta de cómo las grandes empresas han ido desarrollando una cultura de mayor responsabilidad social, con mayor preocupación por sus distintos grupos de interés. Casos dolorosos como los cisnes de cuello negro y Celulosa Arauco, el fraude en La Polar, las colusiones en las farmacias, pollos y papel confort, por nombras algunos, han servido como grandes aprendizajes que empujan la gestión de gobiernos corporativos, la orientación a resultados, y la manera de liderar y administrar las empresas en Chile hacia nuevas maneras de hacer las cosas. Lo que junto con buscar maximizar el valor de sus acciones busca maximizar el impacto hacia las comunidades donde opera, sus trabajadores, clientes y medioambiente. En otras palabras, hoy las empresas buscan con fuerza ser más sustentables en el tiempo.

Iniciativas como la del Fondo Inversión Social de Ameris Capital, el Centro de Innovación UC Copec, Fundación Chile, o el Club de Innovación, creo que han ido dando pasos importantes en la exploración de una nueva manera de hacer inversiones con impacto. Estos actores, junto con entes como Acción Empresas, pueden tomar un gran liderazgo en el desarrollo de fondos que busquen impacto económico, social y medioambiental. Algunos ejemplos bajo el Fondo de Inversión Social son el apoyo a Techo para adquirir terrenos, con la posterior construcción de cerca de 750 viviendas sociales a lo largo de Chile. La inversión en La Protectora, que permitió la expiación de un colegio subvencionado con acceso a jornada completa para 428 alumnos de familias vulnerables.

Hoy los problemas que enfrentamos requieren más que nunca la colaboración y trabajo conjunto entre Estado, empresas, ONG y actores de la sociedad civil. Por ejemplo, es aguda la necesidad de nuevos empleos, hogares e infraestructura en zonas como Santa Olga tras los incendios. Algunas cosas no pueden esperar y requieren de soluciones rápidas (techo, comida y ropa), pero al mismo tiempo hay otros temas de soluciones a mediano y largo plazo que requieren una nueva mirada. Es aquí donde me parece se abre una gran oportunidad para explorar fondos de inversión como los descritos antes. Es momento de invertir con sentido.

 

Felipe Magofke, consultor de Innovación y Emprendimiento

@fmagofke

 

 

FOTO: JUAN GONZALEZ/AGENCIAUNO

 

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