Hace rato ya que no se escuchaba en el país un lenguaje que nos hace recordar aquellos odiosos años en que campeaba la lucha de clases, el odio a los “ricos” y las amenazas típicas de la izquierda de los 60 y 70. Que hoy lo haga un senador de la República, candidato a presidir el país, que vivió dichos años y que sabe muy bien el daño que ese lenguaje le causó a Chile, es absolutamente inaceptable.

Senador Guillier, ¿para qué amenaza? ¿Para qué insulta y polariza el país con ese discurso trasnochado que sólo genera odio y resentimiento? Usted dice que les va a meter la mano al bolsillo a quienes concentran el ingreso para que alguna vez ayuden a hacer Patria. Pero se olvida de que percibe mensualmente, por el sólo concepto de dieta: $9.121.806, a los que se le deben agregar los fondos por asesores, secretarias, pasajes aéreos, etc., con lo cual usted, en los cuatro años que ha ejercido como senador, ha recibido la no despreciable suma de $437.846.688, sin contar las asignaciones adicionales ya nombradas. ¿No cree que con esos ingresos usted pertenece al mismo grupo que caricaturiza y desprestigia sólo para atraer los votos de la izquierda más radical? Porque, díganos, ¿cuántos chilenos logramos una renta siquiera cercana a la dieta que usted percibe?

Senador Guillier, no estamos en los 60 ni en los 70, estamos en el siglo XXI, en 2017. Ese discurso añejo, que usted terminó además con la frase prestada del Che Guevara, “hasta la victoria siempre”, no ayuda en nada a hacer Patria. Al contrario, con ese discurso, es usted el que no hace Patria. Porque lo que logra es dividirnos a los chilenos en buenos y malos, en amigos y enemigos. Y usted es senador; es decir, es uno de los miembros activos de ese respetado cenáculo llamado Senado de la República, donde se supone deben imperar la moderación y la reflexión más racional y profunda para resguardar el bien superior y los intereses de nuestro Chile.

Senador, generar resentimiento y provocar división no es lo que queremos la mayoría de los chilenos. Por el contrario, queremos vivir en paz, trabajar tranquilos y no sentirnos amenazados por un Estado que de acuerdo con lo que Ud. piensa y dice, va a meterles la mano al bolsillo a los que más aportan al país, porque ha de saber Ud. que el 1% de las empresas más grandes de Chile generan el 50% del empleo nacional y el 85% de las ventas; por ende, son las que más recursos le aportan al Estado con sus impuestos directos e indirectos.

Sería muy ilustrativo que Ud. aclarara y dijera con nombres y apellidos a quiénes les va a meter la mano al bolsillo,  porque si son los que administran ese 1% que genera el 50% de los puestos de trabajo en Chile, no veo por donde va a generar los 900.000 nuevos empleos que prometió, porque obvio que usted sabe que los capitales se quedan donde los tratan bien, no donde los amenazan.

Por todo lo anterior, senador, debería admitir que es usted el que no hace Patria y quien debería poner más cuidado en el uso del lenguaje con el que pretende convocar a sus votantes. Porque de seguir insultando y amenazando como lo hizo en Concepción, le podrá servir tal vez para conseguir que algunos indecisos de la izquierda más radical voten por usted, pero de seguir así, al final de este proceso podríamos volver a vivir la pesadilla de terminar irreconciliablemente divididos entre chilenos. Si lamentablemente así llegara a ocurrir, usted tendrá que asumir la responsabilidad por haber contribuido a ello. Por el bien de Chile, sería bueno que moderara su lenguaje.

 

Jaime Jankelevich, consultor de empresas

 

 

FOTO: ALEJANDRO ZOÑEZ/AGENCIA UNO

 

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