Rodrigo Huenchuman: Una nueva manera de hacer política para el Wallmapu
Los grupos que eligen la violencia cuentan con un gran camino para recorrer sin ningún impedimento para sumar adeptos. La única manera de ganarles es mediante el avance de la agenda indígena, con materias como reconocimiento constitucional, feriado 24 de junio, Ministerio de Pueblos Originarios, dotando de representación, y adecuando a los parámetros internacionales, estando a la altura de los tiempos de un Estado Moderno y con sana relación con los pueblos originarios.
El problema que tiene de protagonista al pueblo mapuche, y que la CAM visibilizo hace ya 22 años con la quema de un camión en Lumaco, ha puesto a distintos gobiernos en jaque, no dando con la solución para poder resolver un conflicto que data de finales del siglo 19. La fórmula de enarbolar el modelo portaliano, un Estado de mano dura y poder coercitivo, es a la fecha una medida más que agotada. En Santiago lamentablemente aún no conocen la realidad que vive el Wallmapu; el desfile de autoridades desde el centralismo no sostiene análisis y comprenden que esto es solo un problema de seguridad.
No es así. Esto no tiene solo una arista de seguridad, como férreamente los gobiernos han defendido y con paupérrimos logros. Es fundamental que avancemos en soluciones políticas. La agenda indígena tras la salida del ex ministro Moreno quedó olvidada y quienes creemos en la institucionalidad corremos la misma suerte. Ante este escenario, los grupos que eligen la violencia cuentan con un gran camino para recorrer sin ningún impedimento, para sumar adeptos. La única manera de ganarles es mediante el avance de la agenda indígena, con materias como reconocimiento constitucional, feriado 24 de junio, Ministerio de Pueblos Originarios, dotando de representación, y adecuando a los parámetros internacionales, estando a la altura de los tiempos de un Estado Moderno y con sana relación con los pueblos originarios.
En el mundo son diversos los casos de cómo los Estados han lidiado con las primeras naciones, tal y como es el caso de Nueva Zelanda, que es un ejemplo para el mundo. ¿Qué hicieron de paradigmático? El gobierno de Nueva Zelanda entendió que represión y violencia no era el camino. Lo abandonaron en 1975, se creó el Tribunal de Waitangi, se inició un proceso de revisión de las reclamaciones indígenas, se establecieron políticas de reparación y se ampliaron los espacios de participación política del pueblo maorí. Hoy cuentan con asientos reservados en el Parlamento y todos los partidos tienen representantes maorís entre sus parlamentarios. Se oficializó la lengua maorí y se vive una revitalización de la identidad indígena, comprendiendo que además se debía robustecer la economía. Hoy en día los Maoríes aportan al PIB de ese país, las leyes positivas de discriminación ya son obsoletas y la nación es reconocida en el mundo por los All Blacks, el mejor equipo de rugby y su Haka, danza de guerra de los hermanos polinésicos… una respuesta política que logró derrotar la violencia. Solo se necesitó voluntad de diálogo.
El Estado tiene la oportunidad de cambiar la manera de llevar la política para todo el Wallmapu. Martin Luther King nos dejó una frase: “La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”. En medio de una pandemia soy un convencido que debemos avanzar y cambiar la historia de dos vecinos que están condenados a vivir en el mismo territorio.
-
José Rodríguez Elizondo: Biden contra el lado oscuro de la fuerza
José Rodríguez Elizondo
Abogado, académico, ex embajador -
Alejandro Alarcón: Impacto político y económico de las elecciones del 11 de abril
Alejandro Alarcón
Economista -
Ivan Witker: México y la revitalización del presidencialismo
Iván Witker
Investigador ANEPE. Académico Escuela de Gobierno U. Central. PhD U. Carlos IV, Praga, República Checa
Solo miembros de la Red Líbero pueden comentar.
Regístrate o inicia sesión pinchando aquí.