Steve Jobs les dijo en 2005 a los graduados de Stanford que había que vivir como si fuera el último día. “Mírense cada mañana al espejo y pregúntense si lo que van a hacer hoy es lo que les gustaría hacer si fueran a morir mañana. Si varios días responden no, cambien drásticamente su actividad”, les dijo, y agregó, “vivan su propia vida, no se conformen con repetir vidas inventadas por otros”.
Jobs era un estratega brillante y por eso fue capaz de crear la empresa más valiosa del mundo. Si sólo hubiera navegado las aguas de otros, no habría conseguido esos logros extraordinarios.
Pensando en Chile, hoy el Frente Amplio debe mirarse al espejo y hacerse estas preguntas. Lo que han inventado otros les aconseja ir a votar por un candidato que no les atrae, pero que puede servir para evitar que salga elegido uno que también les disgusta. Lo que han establecido para estos casos los políticos de toda la vida es “vota por el mal menor, por ningún motivo te abstengas de votar”.
Steve Jobs les preguntaría a esos votantes “¿esto es lo que te gustaría hacer si fueras a morir mañana?”. Seguramente los ideales de los jóvenes del Frente Amplio van por otros caminos muy distintos. Les diría, como a los de Stanford: “No se dejen atrapar por el dogma, que es vivir según los resultados del pensamiento de otros. No dejen que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior. Tengan el coraje de seguir vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser”.
Jobs, en una disyuntiva como la que enfrentan hoy los votantes del Frente Amplio, seguramente crearía un curso de acción muy diferente al establecido de antemano por los políticos de toda la vida, porque, como dijo Einstein, “si quieres obtener resultados nuevos, no repitas lo mismo que se ha hecho siempre”. Jobs no era un hombre que se resignara a obtener el mismo resultado mediocre repetido. Era un profundo rebelde y quería mucho más.
Tal vez él vería que votando por Guillier obtendría el mismo resultado de siempre y, por eso, inventaría una opción diferente. Tal vez pensaría que las posibilidades de lograr un cambio profundo en la sociedad serían mayores tomando una decisión diferente a la aconsejada por los políticos de viejo fuste. “Sigan su corazón”, les dijo Steve Jobs a los graduados de Stanford hace 12 años. “Hagan lo que les interese hacer”. “No piensen en que conectarán los puntos pensando a futuro. Confíen en lo que las creencias de cada uno le indiquen y verán que de pronto, en un futuro, sin saber cómo, todos los puntos se conectarán y lo que han hecho mostrará su sentido”.
No creo que el genial estratega que era Steve Jobs —si él hubiera sido votante del Frente Amplio en Chile— votaría hoy por un candidato mediocre. Por algo su último consejo a los graduados de Stanford fue: “Sigan hambrientos, sigan alocados”.
Gerardo Jofré, miembro honorario del Club Chileno de Innovación