El senador Alejandro Navarro plantea la posibilidad de contratar a médicos cubanos que vengan a Chile y así paliar el déficit en el Sistema de Salud Público. Es de toda lógica. Si se cuenta con los recursos suficientes, podría ser una solución que mejore las condiciones de acceso de la población a la salud. En tal caso, debería ser una convocatoria abierta para médicos de cualquier nacionalidad con dominio del español que deseen prestar servicios profesionales en Chile. A fin de cuentas, lo que Chile necesita es que haya médicos dispuestos a ser contratados.
La exportación de profesionales es el principal rubro de adquisición de divisas del Estado cubano en la actualidad, con envíos masivos de personal médico sanitario a decenas de países, recibiendo más de 8.000 millones de dólares en el año 2014 por este concepto.
Brasil ha recibido a más de 6.000 profesionales de la salud de Cuba y paga al Estado cubano por un mínimo de USD 4.200 mensuales por cada uno de ellos, en dependencia de la zona geográfica donde se desempeñen. Cada médico cubano recibe, luego de un aumento debido a las deserciones, USD 1.100. Hasta febrero recibían solamente USD 400. Otros USD 600 son depositados en Cuba y solo pueden ser cobrados si el profesional regresa a la Isla, una vez terminada la “misión”. O sea, un médico cubano recibe el 26% de lo que Brasil paga por su labor y si se comporta y vuelve a la Isla, el Estado cubano le devuelve otro 14.
Con esta extraordinaria plusvalía, la exportación de personal médico sanitario es más rentable que el turismo. Brasil es el lugar donde mejor se les paga directamente a los médicos, debido a gestiones del mismo gobierno brasileño, pues deserciones de los galenos comenzaban a diezmar el programa gubernamental.
Sería bueno que el Senador Navarro especifique si el contrato que plantea es con los profesionales cubanos o es con el gobierno cubano. Espero incluya también la obligación de tratar al personal médico sanitario cubano como se trata al nacional chileno, respetando íntegramente sus derechos y no permitiendo que el esfuerzo de estos trabajadores redunde en remuneraciones y condiciones paupérrimas con respecto a su nivel de calificación.
También exigir se les dé la posibilidad de viajar con sus familias y que éstas no sean mantenidas como rehenes en Cuba para evitar que algunos decidan trabajar por su cuenta o quedarse en el país o viajar a otro. Eso además es lo que exige nuestra Constitución Política en su Artículo 1° y en diferentes numerales del Artículo 19°, así como el Código del Trabajo y nuestro sistema jurídico en general.
No tiene nada de particular establecer un contrato con el Estado Cubano, pero eso no implica que el profesional cubano que viaje a Chile no se rija por nuestra legislación y no goce de los mismos derechos que la misma asegura a todas las personas.
Eso también es lo esperable de las organizaciones sindicales y gremiales chilenas. A fin de cuentas, los médicos cubanos son trabajadores y sus derechos deben ser respetados en el plano de igualdad que exigen la Constitución y las leyes.
Mijail Bonito Lovio, Abogado cubano nacionalizado chileno.
FOTO: RODRIGO SÁENZ/AGENCIAUNO.