Y la cocina no se calma… Llevamos ya dos semanas y la cosa en el ex Congreso está cada vez más color de hormiga. Entre gritos e insultos, el espectáculo de los constituyentes califica perfectamente para tragedia griega, en sus sesiones y comentarios hay más fatalidad que empeño por cumplir la responsabilidad delegada en ellos por todos los chilenos: escribir una Constitución para todos. Al parecer están más pendientes del show que de hacer la pega que les fue encargada. ¡Si hasta se me quitaron las ganas de tomarme mi copa de vino frente a tan pobre función!
El protagonista de la semana fue el famosillo “historiador” Jorge Baradit. El mismo que no escatimó en alborotos frente a los periodistas para robarse unos minutitos de cámara el día que se quedaron sin lápices ni papel en el Palacio Pereira. Esta vez se mandó un comentario para el bronce al afirmar que los ataques recibidos por los constituyentes Ruggero Cozzi y Luciano Silva no le parecían tan malos. Es más, afirmó textual: “me parece conveniente que sufran lo que nosotros hemos sufrido”. Y agregó: “no me parece tan malo que le tomen el gustito a la persecución, violencia, represión en las calles». ¿Qué me dicen? ¿Qué le pasa a este señor? Francamente… con esa sed de venganza no me quiero ni imaginar el resultado de la Constitución. Y como si fuera poco, después del numerito, apareció en la portada de un famoso vespertino afirmando, al más estilo Cazely, algo así como que no estaba de acuerdo con lo que pensaba, tratando de desdecirse y asegurando que las palabras dichas no lo representaban. ¡Por favor! No sea patudo, hombre, primero bota la salsa, deja la escoba y después mira para el lado como si nada.
Es tal el desorden que hay en la cocina, que le veo un triste destino a esta tarea. No se respetan las reglas ni el orden de llegada. Cuando los constituyentes piden la palabra, pueden tardar 48 horas en darla. Tal cual, el ex senador Arancibia lo vivió en carne y hueso. Todo en pos de la paridad y la plurinacionalidad. Hay que ponerse a la cola para hablar y ni siquiera eso acatan. La Carol Bown y la Tere Marinovic se levantaron con las gallinas y llegaron al alba para anotarse y solo una logró la pole position; la otra le quedó mirando la espalda a varios. Es de esperar que se comience a organizar la cosa y se pongan de acuerdo en el famoso reglamento porque el tiempo corre si piedad. Basta ya de pataletas absurdas, esto es demasiado importante para el futuro del país.
Al que se le anduvieron cayendo las ollas esta semana fue al candidato Jadue, quien nuevamente mostró la hilacha en el debate con el niño de Magallanes, Gabriel Boric. Esta vez el alcalde de Recoleta trató de mentirosa a la Mónica Pérez, asegurando que en su propuesta de gobierno no había ninguna alusión a un Ministerio de las Comunicaciones. Resulta que el mentirosillo terminó siendo él, cosa que le enrostró la periodista cuando le recordó que esa propuesta estaba en la página 102 punto siete de su programa, el mismo que, al parecer, nunca leyó.
Supongo amigos míos, que cuando lean estas líneas estarán listos y dispuestos para ir a votar por su candidato en estas primarias. O a lo mejor ya vendrán de vuelta después de cumplir con su deber cívico. Lo importante es que, como buen domingo, disfruten de un buen y conversado almuerzo y que después de una siestecita, despierten con resultados felices de las estas elecciones.