Desde que se reconociera la pandemia del coronavirus en Chile, los parlamentarios han propuesto 23 cambios al sistema de pensiones chilenos. De esas 23 propuestas, ni una sola de ellas se refiere a cómo enfrentar el problema que los políticos chilenos vienen posponiendo desde hace a lo menos 10 años, que no es otro que el de aumentar el ahorro individual para que la jubilación sea mayor. En el mundo político, las ofertas insensatas abundan y más aún al acercarse periodos de elección. En esta ocasión, la oferta para permitir el retiro del 10% del ahorro previsional y que el Estado lo reembolse en el futuro ha calado fuerte en una población angustiada por las estrecheces económicas.

Los políticos, que en forma más o menos transversal han propuesto el retiro del 10% de las AFP con posterior reembolso por parte del Estado, denotan ya sea un increíble e imperdonable desconocimiento de política económica y pública, o lisa y llanamente están preocupados de ganar el favor electoral de personas afligidas por los efectos de la pandemia en el empleo y los salarios. Retirar hoy esos fondos a cuenta de que el Estado los reembolsará en el futuro, significa que el Fisco se endeudará con las personas. Las AFP manejan más o menos US$200.000 millones, con lo cual el 10% serían US$20.000 millones, es decir casi el doble que lo presupuestado en el Ingreso Familiar de Emergencia (US$12.000) que fue negociado por un grupo transversal de economistas. ¿Por qué los políticos en vez de hacer un plan por US$12.000 millones no hicieron uno por 24 mil millones? Será porque a los que les queda algo de realismo y sinceridad entienden que el Fisco no puede comprometer más recursos, pues estaría poniendo en riesgo la capacidad de pago y, por ende, el bienestar de los chilenos, sobre todo de los más vulnerables.

Asumiendo que el Fisco tuviera la capacidad para responder por ese retiro, ¿qué devolvería y cuándo lo haría? En simple, nos va a devolver el equivalente en UF a lo que retiramos, es decir, rentabilidad cero, o reembolsará además las ganancias equivalentes de los fondos que se mantuvieron. En simple, si el Fisco nos devuelve lo que sacamos sin intereses, hicimos pésimo negocio; si nos devuelve la rentabilidad perdida, el Fisco haría una soberana estupidez porque su costo de deuda hoy es cercano a cero. ¿Qué clase de políticos tenemos que no saben proteger los intereses del Estado?

Por otra parte, estos mismos políticos que hoy hacen gárgaras con las necesidades de los chilenos; que hasta antes de la pandemia, repetían como disco rallado que las pensiones eran miserables y que por lo tanto la solución era que había que aumentar de 10% a 15% del sueldo lo imponible la contribución para el ahorro, ahora pareciera no importarles que los mismo afectados vean disminuidos sus fondos para la vejez.

Los contagios comienzan a decaer con lo cual deberíamos terminar la cuarentena pronto y comenzar la anhelada recuperación económica, tal como en Estados Unidos, Europa, China y otros países. ¿Cuánto demoraría la discusión y aprobación del retiro de fondos de AFP en el parlamento? A lo menos seis meses. En consecuencia, cuando la ley se haya aprobado, si es que sucede, la economía chilena estaría en plena recuperación. ¿Para qué mencionarlo entonces? Super simple, porque a la mayoría de sus proponentes no les interesa nuestro bienestar, sino que quieren ya sea destruir a las AFP o hacerse con nuestro ahorro previsional para decidir ellos en qué y cómo invertirlo.

En conclusión, el refrán “Hoy por ti, mañana por mí” es un dicho popular basado en los valores de la amistad, la solidaridad y, muy especialmente, la reciprocidad. Los políticos no nos devolverán mañana ese dinero que nos prometieron hoy, así es que de este viejo refrán lo único que corre es que en el futuro le pedirán su voto, y el costo será tener menos dinero cuando se jubile. ¡Usted decide!