Jorge Bianchi: Evolucion: Candidatos Valiosos
No estoy para nada orgulloso del deterioro de los valores en nuestro proceso democrático y público. Siento que nos hemos alejado mucho de mostrar lo mejor de nosotros…
El Presidente Biden, en su discurso inaugural, compartió lo que a su parecer son atributos de ser norteamericano. Entre ellos mencionó dignidad, respeto, honor… verdad. Todas cualidades universales, enaltecedoras del ser humano. En los cuentos de niños, en muchas fábulas, en las historias de héroes, prevalecen estas características, y de hecho son admiradas y ejemplificadoras.
Volvamos a Chile.
Dicen que cada país tiene los gobernantes que merece. Yo estoy muy orgulloso de algunos, no tanto de otros. Pero de lo que no estoy para nada orgulloso es del deterioro de los valores en nuestro proceso democrático y público. Siento que nos hemos alejado mucho de mostrar lo mejor de nosotros… Los debates no son de ideas y propuestas, sino descalificaciones y revanchas, mezclado con ofertas incumplibles y oportunismo. Todo esto disfrazado de supuesta astucia política. No lo es. Estas maneras de buscar ganar son simplemente incorrectas y carentes de dignidad, respeto, honor y, sí, también verdad.
Estamos a punto de iniciar muchos meses de debate público, ni siquiera político, sino público, de lo que es común a todos. ¿Qué valores expresaremos, lo mejor de nosotros o seguiremos la tendencia actual? Y es que quizás podríamos también votar por los valores que deseamos prevalezcan en nuestros debates y en el actuar de nuestros representantes en “lo público”. Si hacemos esto, yo votaría por estos cuatro: dignidad, respeto, honor, verdad, y agregaría solidaridad.
La dignidad tiene al menos dos lecturas: una hacia nosotros mismos, en cuanto a actuar con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo. La otra es respecto de los demás, actuando de maneras que ayudan a los otros a sostener su propia dignidad, jamás erosionándola.
El respeto se vincula a la validación del otro, de sus puntos de vista, de sus elecciones, siempre que por supuesto no invaliden las elecciones de los demás. Cuando el debate tiene que ver con solo convencer, nunca escuchar, y ojalá descalificar las ideas de los demás, entonces se perdió el respeto. No es suficiente ser “políticamente correcto”, es necesario escuchar y validar al otro para realmente ser respetuoso.
Honor y verdad pueden ir juntos: no tengo honor si no digo la verdad, no tengo honor si ofrezco cosas que sé que no cumpliré… es muy triste vivir sin honor… finalmente dejamos de saber quiénes somos cuando nos miramos en el espejo.
Por último, solidaridad. Sin este atributo, no iremos más allá en Chile. Necesitamos de la solidaridad para que el proyecto que ahora construiremos sea realmente “compartido”; un propósito y una visión de quienes ahora estamos vivos como legado para quienes vienen después de nosotros.
Elijo un Chile de al menos estos valores, donde expresemos lo mejor de nuestra naturaleza humana y no cedamos al deterioro de lo público, de lo común que nos une. Trascender el reality show del rating político para dar paso a la construcción de legado. Pueda este febrero y sus días soleados iluminar nuestra voluntad, y que en marzo lideremos, cada uno desde su ámbito de acción, con una versión mejorada de sí [email protected]
¡Tarea para el verano!
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Mag., MPhil & PhD Polar cantabrigiensis -
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Profesor Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad de los Andes. Socio Trino Consultores
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