Si bien aún no se puede predecir quién resultará electo Presidente, lo que sí está claro es que si Boric fuera el elegido, el país quedaría en manos de quien sin lugar a duda no está preparado, no tiene la experiencia ni el peso político para dirigir nuestros destinos.

La borrasca que se armó en la semana con las declaraciones de Sebastián Sichel hizo desaparecer de los titulares la ignorancia de Gabriel Boric en materia económica, lo que se hizo patente en las diferentes ocasiones en que fue consultado. Hablar de súper ricos por quienes tienen ingresos sobre UF 1.000 ya no se trata de un simple error o equivocación, sino de un disparate mayúsculo, que cualquier persona pagando dividendos en UF no se atrevería a decir. Él sí se atreve, para después indicar que no tenía clara la cifra.

Es que no tiene clara ninguna cifra y él mismo reconoció hace un tiempo que no estaba preparado para ser Presidente y que le faltaba mucho por aprender… aunque ahora dice que sigue aprendiendo. Está bien que lo haga, pero no gobernando Chile, porque sus errores podrían tener graves consecuencias.

El PC le exige que cumpla íntegramente el programa, ese que aún no se conoce porque el que tenía desapareció de la web y no está disponible. El que eliminó contenía señales que claramente advertían que un gobierno suyo sería como un espantapájaro para los inversionistas, y sin inversiones el país no puede crecer. Y al no crecer, el 80% de los recursos presupuestarios -que se generan por el crecimiento- no estarían disponibles, por muy reforma tributaria que haga. Es la historia de un desastre anunciado.

En resumen, Boric causaría el mayor retroceso del país en décadas, pues como su eventual gobierno va a estar controlado por el PC, nada bueno puede ocurrir. No existe país en el mundo donde el PC haya logrado algo diferente a administrar miseria y no termine imponiendo restricciones a las libertades.

Otra alternativa es Yasna Provoste, quien está tratando de posicionarse como una persona moderada que brindaría gobernabilidad. Pero sus actuaciones, sus proyectos y sus declaraciones no son precisamente las de una persona moderada. Está por el cuarto retiro, a pesar de todos los argumentos en contrario; auspició y mantiene el proyecto de indulto a los violentistas del 18-O; apoya el proyecto del royalty a la minería, que de aprobarse como está, provocaría un grave deterioro a la actividad minera; no apoya el TPP11; y adicionalmente, Provoste ha apelado a prácticas políticas inaceptables, al intentar denostar a Kast con la maniquea utilización del artículo sobre Göring publicado en El Mercurio, además de la jugada de su partido contra Sichel.

En la vereda opuesta, Sebastián Sichel, que partió con grandes posibilidades de llegar a segunda vuelta, hoy está en el piso de la tabla y con menos posibilidades de pasar al balotaje, según las actuales encuestas. Sus declaraciones de la semana pasada fueron ampliamente criticadas y su actual rechazo a la exigencia de apoyar a José Antonio Kast, de pasar éste a segunda vuelta, tiene muy tensionada la carrera presidencial en la derecha.

Finalmente está Kast, quien hasta ahora lidera las posibilidades de pasar al balotaje. Su posición es no perder un minuto en atacar a Sichel ya que su intención es derrotar a Boric. De ganar, espera convocar a todos los votantes y militantes de Chile Podemos Más.

En resumen, faltan escasos 21 días para despejar esta incógnita, aunque en política son una eternidad y cualquier cosa puede pasar. Más importante aún es no olvidar que renovaremos el parlamento, elección extremadamente crítica por lo que está en juego. La izquierda controla la CC y si ganara el Congreso y la Presidencia, el Chile que conocimos dejaría de existir.

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