La semana empezó con un anuncio importante, el gobierno presentó la Política Nacional contra el Crimen Organizado. Sin embargo, mientras se analizaba el documento y se escuchaban y leían los comentarios sobre la solicitud de intervención en la municipalidad de Santiago, un incendio forestal afectó, en una primera estimación, a más de 500 viviendas en Viña del Mar y llevó al Presidente de la República a decretar Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe, desplegando a militares para colaborar con las labores de control de la emergencia. 

Para muchos la Defensa Nacional es un sector que les cuesta entender, es muy abstracto y a diferencia de otros países, Chile no se encuentra involucrado en conflictos bélicos. Otros los ven como la solución a problemas de seguridad pública, como la migración descontrolada en el norte o la violencia en la Macrozona Sur. Pero a todos, muchas veces, se les olvida la contribución que los militares hacen a la ciudadanía, contribución que cada tanto las catástrofes tan características de nuestro país nos recuerdan. Hoy es Viña del Mar, pero antes fue Valparaíso y Santa Olga, y mucho antes los aluviones en el norte. 

Funcionarios públicos que están al servicio de los ciudadanos, pero que tienen características muy distintas a las de los demás empleados del Estado. Para ellos no importa el color político del gobierno de turno, Chile y los chilenos están primero. Entregan todo para que nosotros tengamos un país protegido y en momentos de emergencia dejan a sus familias para ir en ayuda de las de otros. 

Además del amor y compromiso con Chile, la generosidad es algo que caracteriza a estos funcionarios públicos que no tienen horario de entrada ni salida de su trabajo, cumplen funciones las 24 horas del día, los 365 días del año. 

Antes de llegar al Gobierno, los jóvenes líderes de izquierda que hoy se encuentran en La Moneda mostraron una actitud bastante reactiva en contra de las Fuerzas Armadas. Rechazaban su contribución en La Araucanía y los insultaban en el centro de Santiago durante el estallido social.

Hoy la realidad les ha mostrado una cara distinta. No creo que hayan cambiado su opinión, sin embargo, nuestros militares, con su entrega y dedicación le han demostrado a Chile que su compromiso es con el país y los ciudadanos. No importa quién sea el líder político ni si antes pedía que volvieran a los cuarteles. Su compromiso y generosidad no tiene ideología. Responderán al mando civil por una sencilla razón: porque su servicio es con su país. 

Hace dos semanas escribía en mi columna que la contribución de las Fuerzas Armadas a la democracia era silenciosa refiriéndome al rol de estabilidad que entregan al país. Hoy, ese aporte se llena de sonido y vemos lo cerca que están de los ciudadanos, quienes les entregan su apoyo plasmado en la confianza que registran estas instituciones en las encuestas. 

Estamos celebrando Navidad, un momento de unión y generosidad, que muchas veces el ritmo acelerado de diciembre nos hace olvidar. Pero, labores de entrega como la de los militares que hoy están desplegados en Viña vienen a recordar esa característica central de los chilenos: la solidaridad.

*Pilar Lizana, Athena Lab. Experta en seguridad, narcotráfico y defensa.

Investigadora Athenalab. Experta en seguridad, narcotráfico y defensa

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