“El papel aguanta todo”, dice el antiguo refrán. En el caso de los Programas Presidenciales mucho más todavía. Eso le pasó a Boric con su Reforma Tributaria, a pesar de lo mucho que se le advirtió desde antes de la elección en primera vuelta y antes de saberse que habría un Congreso empatado (ver por ejemplo Foro Presidencial de Icare).

El tema de la salud es aún más complicado que el tributario; afecta a más gente y más directo. El Programa Boric de segunda vuelta registrado en la página del Servel dice textualmente: “Decretaremos la universalización de la cobertura de Fonasa, quedando todas las personas del país afiliadas a esa institución. Ésta recaudará y solidarizará las cotizaciones de las y los trabajadores (7%). Las Isapres se transformarán en seguros complementarios voluntarios”(p.22).

Con esa declaración de base como directriz (no ajustada por el Presidente, que se sepa hasta ahora), el Gobierno enfrenta otra complicación adicional. Se trata de, primero, cumplir una Resolución de la Corte Suprema que obliga al Gobierno (vía Superintendencia de Salud) a exigir a las Isapres cobrar a la mayoría de sus afiliados de una manera distinta a como habrían estado cobrando por los últimos 12 años (en su expresión técnica “ajustar su Tabla de Factores”).

Pero además, en segundo lugar, la Corte dictamina que el Gobierno debe obligar a las Isapres a devolver a los afiliados lo que hayan cobrado en exceso durante los últimos tres años (desde abril del 2020 hasta ahora, en base a una nueva tabla de factores definida por la Superintendencia de Salud en la circular N° 343.

El costo de hacer esta devolución a los afiliados llegaría a US$1.400 millones, cifra que -aunque provisoria- supera en más de tres veces sus patrimonios y a todas las utilidades del sistema en sus 43 años de existencia. O sea, que no tienen fondos para pagar ahora lo que la Corte plantea y de poder hacerlo tendría que ser en muchas cuotas futuras. ¿Qué hacer entonces con las Isapres y el sistema de salud de al menos un 16% de los chilenos? 

Negociar; obviamente. Pero, ¿están las condiciones mínimas para una negociación que conduzca a una solución aceptable para todas las partes claves? No creo que estén esas condiciones por el momento y la primera tarea es crearlas. ¡Y se podría!

Pero hay que diseñarlas, lo cual implica empezar por escuchar genuinamente lo que tienen que decir las demás partes y expresar las inquietudes y necesidades propias con respeto. Como bien decía Maturana, toda conversación requiere el reconocimiento del otro como un legítimo otro en la convivencia.

Aquí aparece de inmediato lo primero que está faltando: el piso desde el cual dar los primeros pasos. Se trata de declarar que lo planteado en el Programa de Gobierno en materia de Isapres está suspendido hasta un próximo Gobierno. ¿Quién es el único que tiene la autoridad para decir eso, para que ese decir sea creíble? Obviamente no puede ser otro que el Presidente Boric, que fue quien firmó ese programa. Porque hoy las Isapres tienen su certificado de defunción firmado en ese programa. Dice explícitamente que sólo Fonasa podrá seguir cobrando el 7% de descuento obligatorio para salud. ¿Cómo puede imaginarse alguien que una persona (aunque sea jurídica en este caso) va a aceptar pagar algo si se le dice que no tiene derecho a seguir existiendo en adelante? ¿Quién y con qué lo pagaría si ya no va a poder funcionar, o sea generar ingresos?

La necesidad de esa declaración presidencial solemne es doblemente necesaria porque este Gobierno tiene un elevado déficit de credibilidad. No sólo por la historia reciente de sus gafes. Además porque muchas de sus autoridades fueron las ideólogas y ejecutoras de la Reforma Educacional de Bachelet que tiene muchas semejanzas con la que se quiere hacer en salud, y no sólo con el fin del lucro. También con bajar de los patines a quienes no prefieren lo estatal.

Una mayoría de apoderados se sienten hoy engañados (si no estafados) por esa reforma que les tiene impedidos de poner a sus hijos en los colegios que desean y deben movilizarse lastimosamente para repartirlos en escuelas que no eligieron libremente. Todo eso bajo la ingenua consigna de que iban a mejorar la calidad de la educación que recibirían. Ahora ven que no es así.

Por eso probablemente hubo una gran cantidad de personas que votaron Rechazo en el plebiscito: la gente ya no le cree a los mismos del Frente Amplio y Partido Comunista que  votaron a favor de esa reforma en el Parlamento o que fueron los principales asesores del Ministerio de Educación para aplicarla y que ahora están de subsecretarios o ministros vendiendo la misma pomada para la salud. Ahora la gente no les cree.

Y algunos especialistas consideran que si el Gobierno hiciera la reforma que se proponía en su programa en el actual contexto nos pone frente a otro Transantiago ahora en salud.

Además, para implementar no sólo su programa de salud, sino la resolución de la Corte Suprema, el Gobierno necesita que el Parlamento le apruebe un proyecto de ley con una solución adecuada. Pero no tiene mayoría allí, y ya sabe que ni siquiera su principal materia, la reforma tributaria, fue aprobada como la planteó.  

Los lineamientos básicos de un mejoramiento del sistema privado y público de salud para Chile han estado relativamente claros de hace algún tiempo. Esta puede ser la oportunidad de superar las resistencias que tenían trabado un acuerdo con costos y beneficios compartidos entre Isapres, Fonasa, prestadores (médicos, hospitales, etc.). Las Isapres deberán aceptar la existencia de un Plan Garantizado y Universal de Salud para todos por igual que sea además igual a uno de Fonasa. Que tengan la misma cobertura y precio para cada persona, fijados anualmente por el Estado. Que haya competencia pareja por dar mejor exactamente el mismo servicio y cobertura entre todas las Isapres y Fonasa. Encima de esa base (Plan Garantizado y Universal de Salud), podrían existir seguros complementarios u otros servicios diferentes.

Pero el Presidente y el Gobierno deben comenzar por decidirse si prevalece en Salud el programa de Boric o el plebiscito que votó categóricamente la mayoría de la población.

Deja un comentario

Debes ser miembro Red Líbero para poder comentar. Inicia sesión o hazte miembro aquí.