Resumen Ejecutivo: Este 11 de marzo se cumplió un año desde que Gabriel Boric asumió la presidencia. No obstante, y con una escasa luna de miel, el Ejecutivo se ha visto aproblemado a la hora de gobernar porque ha impulsado políticas y estrategias erráticas. Esto se observa en materia de política exterior, en los problemas de seguridad pública y la estrecha relación que tienen con la violencia -como refleja el caso de los indultos-, así como también en el mal desempeño de la economía. Asimismo, el fracaso de la opción “Apruebo” en el plebiscito del 4 de septiembre también se tradujo en una derrota para el Presidente, al dejarlo sin programa de Gobierno.

  1. Introducción

El sábado se cumplió el primer año del gobierno del Presidente Gabriel Boric, quien ha tenido que sobrellevar los problemas de su errática conducción. Si bien gozaba de apoyo ciudadano al inicio (el que se hacía notar con las peregrinaciones de sus adherentes a la “Moneda Chica” previo al cambio de gobierno) y los medios hacían notas carnavalescas en torno a los gustos del Mandatario, rápidamente esta percepción comenzó a desmoronarse: Gabriel Boric, quien comenzó su mandato con un 50% de aprobación, terminó su primer año con un 35% de respaldo (según el sondeo de Cadem, publicado el 5 de marzo).

Varias son las razones del fracaso que ha vivido el Gobierno en su primer año. Con pleno proceso constituyente en curso, el gobierno optó por liderar la campaña de la opción Apruebo, generando que la derrota en el plebiscito de salida se convirtiera también en la del propio Presidente. De esta manera, y sólo a seis meses de haber asumido, la coalición política liderada por el Frente Amplio y el Partido Comunista se quedó sin programa para el resto del mandato, producto de una abrumadora derrota que nunca consideraron en sus cálculos.

Asimismo, la errática conducción de la política exterior chilena ha generado roces con otros países en distintas cumbres internacionales, a lo que se suma el cuestionado nombramiento de autoridades diplomáticas. Además, en un contexto de frágil situación económica, el gobierno presentó una propuesta de reforma tributaria cuya idea de legislar, tras meses de debate, fue rechazada por el Congreso, generando tanto un revés para el presidente como para el liderazgo de Mario Marcel, ministro de Hacienda. Y aunque el Gobierno intentó culpar por el rechazo de la reforma al ex Presidente Piñera y su reciente aparición en los medios de comunicación, lo cierto es que el cambio de gabinete del 10 de marzo deja en evidencia que la real causa radica en un problema de conducción política.

Igualmente, el Gobierno se ha caracterizado por una mala ejecución en materia de seguridad pública tanto en la crisis migratoria en la zona norte como en el conflicto en la macrozona sur -recordado es el primer bochorno de la entonces ministra del Interior, Izkia Siches, quien visitó La Araucanía y fue recibida con balazos-. Sumado a la tibia posición del Gobierno en torno a estas materias, a fines del año pasado anunció una serie de indultos a los mal llamados “presos políticos”, enviando así una pésima señal a la ciudadanía en lo que refiere al combate contra la violencia. Quienes también han sufrido de manera dramática la debilidad del Ejecutivo en materia de seguridad han sido los liceos emblemáticos, develando la crisis del sistema educativo.

En suma, el primer año de gobierno del Presidente Boric se puede definir como errático, con iniciativas sustentadas en diagnósticos ideológicos en lugar de avanzar en resolver las prioridades de los chilenos.

  1. Política exterior

Desde la ceremonia de cambio de mando, el Gobierno de Gabriel Boric protagonizó altercados que han afectado las relaciones internacionales de Chile. Por ejemplo, en marzo pasado el Mandatario afirmó en una entrevista junto a Don Francisco en C13, que consideró “inaceptable” el “retraso” de Felipe VI, el Rey de España, a la ceremonia realizada en Valparaíso. Rápidamente estos dichos llegaron a la corona española quienes emitieron un comunicado desmintiendo la situación.

Luego, mientras Boric estaba en su primer viaje internacional oficial a Argentina, a inicios de abril del 2022, la entonces ministra Siches emitió declaraciones que sostenían que el “Wallmapu” no tenía fronteras en la macrozona sur, generando críticas desde autoridades política del país trasandino, pues, estos dichos afectarían la soberanía nacional de Argentina. Tanto Boric como su par argentino, Alberto Fernández, trataron de bajar el perfil a esta controversia al hablar de un “multilateralismo latinoamericano”. Por su parte, Boric anunció la suspensión de la participación de Chile en Prosur y que se uniría, en su lugar, a Unasur. De igual forma, la designación de Bárbara Figueroa como embajadora de Chile en Argentina fue sumamente cuestionada por los medios del país trasandino, quienes pusieron en duda su nominación debido a que no posee carrera diplomática.

De hecho, el nombramiento de los embajadores por parte del gobierno, y otras autoridades que representan a Chile en organismos internacionales, fue sumamente cuestionada. Las quejas abrieron el debate sobre la necesidad de contar con embajadores con carrera diplomática, en vez de personas ideológicamente cercanas al Presidente, pero sin experiencia. Este sería el caso de Paula Narváez -excandidata a la presidencia del PS, quien luego respaldó a Boric en las elecciones-, quien fue nombrada como embajadora de Chile ante la ONU; Sebastián Depolo como embajador de Chile ante Brasil -que recibió recién el beneplácito tras la victoria de Lula da Silva como Presidente-, y Beatriz Sánchez en México tras el rechazo al proceso constituyente.

Sin embargo, Javier Velasco, amigo personal del Presidente Boric, fue el caso más escandaloso. Luego de ser nombrado embajador de Chile en España, protagonizó algunos hechos que llevaron incluso a que la canciller Antonia Urrejola le llamara la atención. Por ejemplo, en el Foro de Nueva Economía en Madrid, Velasco criticó la gestión política de los últimos 30 años en Chile, lo que generó que el ex Presidente Ricardo Lagos se manifestara públicamente para contradecirlo.

En la misma línea, en septiembre pasado Gabriel Boric se negó a recibir las cartas credenciales del embajador de Israel en Chile, Gil Artzyeli, abriendo nuevamente un flanco de críticas que tensionaron las relaciones diplomáticas con dicho país.

No obstante, la situación más preocupante se dio en la gira por Norteamérica, en la IV Cumbre de las Américas realizada en los Estados Unidos, donde Boric increpó a este país por su supuesta ausencia en la instancia. Sin embargo, John Kerry, representante de la Casa Blanca en temas climáticos, se ubicaba a tres asientos del Mandatario chileno, por lo que rápidamente desde la comitiva chilena se acercaron a Boric para avisarle que sí estaba presente. Rápidamente, el Presidente de Chile pidió disculpas, a lo que Kerry respondió con un irónico cuestionamiento.

Finalmente, en enero de 2023, en el contexto de la participación en la CELAC realizada en Argentina, el Presidente Boric provocó una polémica con Perú al sostener que, tras el intento fallido de Golpe de Estado por parte del ex Pesidente Pedro Castillo, el actual gobierno avala las violaciones a los DD.HH., lo que significó fuertes críticas por parte del país vecino. Además, mientras Boric asistía a esta cumbre, en Cancillería se generó otra controversia por la filtración del audio de una reunión en la que participó Antonia Urrejola, la entonces ministra de Relaciones Exteriores, en la que se criticó y denostó al embajador de Argentina en Chile, Rafael Biela. Esta situación dejó en evidencia, una vez más, la errática conducción de esta cartera.

  1. Seguridad pública versus violencia

En distintos sondeos de opinión pública se instaló que la delincuencia, los asaltos, robos y la violencia asociada a estos eran una de las principales prioridades de los chilenos a solucionar. Igualmente, preocupa la llegada de carteles de narcotráfico y bandas criminales internacionales al país, afectando profundamente la seguridad pública. El informe “Preocupaciones del Mundo”, realizado por Ipsos y publicada en enero de 2023, demostró que para el 63% de los encuestados la violencia genera una real inquietud, cifra que supera el promedio mundial de 28 puntos. Igualmente, un estudio de Paz Ciudadana rescatado por una nota del medio La Tercera, el 20 de noviembre de 2022, demostró que los delitos actualmente son más violentos que antes.

Asimismo, la situación migratoria en la zona norte ha llegado a un nivel de descontrol que afecta tanto a los chilenos como a los mismos inmigrantes que se han visto en esta situación de manera forzada, debido a las fracturas institucionales de sus países, como es el caso de Venezuela con la dictadura de Nicolás Maduro. Esto ha agravado, además, la crisis habitacional a lo largo del país.

De igual forma, la situación en la macrozona sur con los incesantes ataques terroristas es una gran preocupación, pues la zona ya está en un “estado de excepción” permanente, lo que resulta alarmante. A esto se agrega la tardía reacción del Gobierno para solucionar los incendios ocurridos en los meses de verano. Es más, los dichos de personajes del oficialismo que acusaban al “cambio climático” o la participación de conejos como responsables de provocar los incendios, fueron sumamente criticados, pues se detuvo a personas in situ iniciando los amagos. Además, se encontraron también afiches alusivos a grupos indigenistas violentos, como la CAM. Como si fuera poco, exministros del Presidente Piñera ofrecieron su experiencia para controlar los incendios, y fueron rechazados por el gobierno de Boric, quien prefirió contar con Paulina Saball, exsubsecretaria y exministra de Vivienda de la ex Presidenta Michelle Bachelet.

Lo relatado revela la escasa voluntad de controlar los focos de violencia que amenazan al país a lo largo y ancho de su extensión. Es más, hay múltiples hechos que hacen posible afirmar que la relación que ha tenido el gobierno con la violencia ha sido, al menos, ambigua.

Por un lado, hay que considerar el derrotero que ha seguido en esta dimensión el mismo Gabriel Boric antes de ser Presidente para comprender su cercana relación con la violencia política: la visita a Ricardo Palma Salamanca en Francia, ex frentista del FPMR y asesino material de Jaime Guzmán; la reivindicación del FPMR y del Frente Autónomo a las afueras del Congreso en 2018 en una manifestación a favor de otro frentista y autor intelectual del asesinato del exsenador, Mauricio Hernández Norambuena; recibir y celebrar una polera con el rostro de Jaime Guzmán con un impacto de bala; y el llamado a la desobediencia civil en las revueltas del 18-O.

Por todo lo anterior es que no debe sorprender el anuncio de Giorgio Jackson, del Presidente Boric y otras autoridades de gobierno sobre la liberación de los mal llamados “presos políticos”, situación que se materializó con el indulto presidencial a finales de diciembre de 2022. Este caso generó nuevamente una crisis para el Gobierno, debido a que se indultó a personajes como el ex frentista Jorge Mateluna, con quien Boric tuvo conexiones en su periodo como diputado. En 2017 lo visitó en la Cárcel de Alta Seguridad y promovió, desde ese entonces, su liberación a pesar de los graves delitos que cometió.

Así, a pesar de que el mismo Presidente Boric ha tratado de mostrar una figura más republicana y moderada, es dable afirmar que autoridades del Gobierno y el mismo Presidente han apoyado, explícita o implícitamente, la violencia como praxis política.

Por último, cabe mencionar cómo la violencia y la ideologización en los establecimientos educacionales comenzó a “pasar factura”. Los liceos emblemáticos, aquellos que se destacaban por su excelencia académica, sufrieron una fuerte caída en los resultados de la última Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), ya que ninguno de ellos se posicionó dentro de los mejores 100. De hecho, en este listado estuvieron presentes solo 3 colegios municipales y 1 subvencionado, desnudando el profundo daño que ha sufrido la educación pública en Chile. Esto no es menor, dado que el Frente Amplio y el Partido Comunista han sido actores relevantes en las movilizaciones estudiantiles del presente siglo, jactándose de ser el sector que sí sabe lo que la educación chilena necesita. Pero la situación actual de la educación pública demuestra que, finalmente, ha sufrido profundos daños como causa de la agenda del oficialismo. A este diagnóstico se agregan los dichos de Marco Antonio Ávila, ministro de Educación, que confesó que fue un error mantener los colegios cerrados en la pandemia.

  1. El gobierno camiseteado por la opción “Apruebo”

Cuando el Gobierno de Boric asumió, el proceso constituyente estaba en pleno curso. No obstante, desde el mes de abril de 2022 empezaron a aparecer los primeros sondeos que revelaban que la opción “Rechazo” comenzó a posicionarse sobre la alternativa “Apruebo”. Y esta tendencia se hizo cada vez más evidente con el paso de las semanas, lo que puso en jaque al Ejecutivo.

Lo anterior debido a que el Gobierno decidió liderar la campaña del “Apruebo” de manera activa con la entrega de copias de la propuesta constitucional las cuales fueron autografiadas por distintas autoridades. Asimismo, personajes del oficialismo realizaron cuestionadas acciones en esta línea, como el llamado a rayar las casas con una letra “A” de “Apruebo” por parte de Karol Cariola, la alteración de la polera de la selección de fútbol chilena por Cariola y Vlado Mirosevic, y el meme compartido en la cuenta de Instagram del mismo Presidente Boric en el que aparecía la leyenda “cómo convencer a tu familia de votar apruebo” junto a la imagen de un famoso cantante -sus managers pidieron la no utilización de su imagen con fines políticos-, la que rápidamente fue borrada. Todo lo anterior abrió la discusión sobre si estas acciones correspondían a un intervencionismo electoral, provocando una serie de alertas por parte Contraloría a La Moneda.

Sumado a esto, y mientras más cerca se estaba de la fecha del plebiscito de salida, rápidamente surgieron narrativas que llamaban a “Aprobar para Reformar”. No obstante, los dichos de actores del oficialismo demostraron que era una consigna vacía: Guillermo Tellier sostuvo que no era posible “garantizar que vamos a hacer estas cosas”, en relación a una reforma a dicha propuesta; Jorge Sharp llamó a aprobar “sin condiciones”; Marco Barraza indicó que “si se aprueba la nueva Constitución hay que implementarla antes de pensar en cambiarla”; Gael Yeomans aseveró que “no se puede cambiar la Constitución completamente” en el caso de que ganase la opción “Apruebo”; y, finalmente, Daniel Núñez reveló que “en este minuto no veo prioridad en cambiar cosas de la nueva Constitución”.

A pesar de todos los intentos del oficialismo de que la propuesta del texto constitucional se aprobase, el 62% de los chilenos -con voto obligatorio e inscripción automática- la rechazó contundentemente. Este fracaso también se traduce en una derrota para el Gobierno, el cual elaboró un programa que dependía totalmente de la aprobación del texto de la Convención. Sin texto aprobado, por tanto, perdió todo norte de conducción política.

III. Comentarios

Tras este breve análisis del primer año de Gobierno de la gestión Boric, es posible sacar tres conclusiones.

En primer lugar, ya desde el cambio de mando se dieron señales de que el manejo de política exterior sería equivocado, lo que quedó en evidencia en las tensiones con distintos países, descritas en este artículo. De igual modo, la designación de embajadores no sólo fue una situación criticada a nivel nacional, ya que en varios casos se crearon polémicas en otros países.

Igualmente, una de las principales preocupaciones de los chilenos, como es la seguridad, ha sido completamente desatendida por el Ejecutivo. La delincuencia y la violencia asociada a estos actos delictivos han aumentado de manera drástica. No obstante, la relación que ha tenido el Gobierno con la violencia -y en particular el Presidente Boric-, envía ambiguos mensajes a la ciudadanía. Su débil posición ante la inmigración irregular en la zona norte, el descontrol de la violencia en la macrozona sur, la ineficiencia y lentitud de resolver los incendios en el verano, y los indultos a los mal llamados “presos políticos” demuestran el fracaso del Gobierno en materia de seguridad pública y su estrecha relación con la violencia.

Además, la victoria de la opción “Rechazo” en el plebiscito de salida el pasado 4 de septiembre, y que la Cámara de Diputados rechazara la idea de legislar la Reforma Tributaria el 8 de marzo -día en que el Gobierno presentó una serie de medidas con enfoque feminista y pasaron inadvertidas por el revés que sufrieron en el Congreso- son dos grandes derrotas que ha enfrentado la gestión Boric durante su primer año.

A todo lo anterior se debe agregar el frágil momento económico que cruza Chile, pues durante el mes de julio de 2022 la conversión de peso chileno a dólar alcanzó el orden de los $1.000 pesos chilenos, aumentando el precio de la canasta básica. Además, en los primeros doce meses del Gobierno de Boric, la inflación y aumento del costo de vida ha sido otra temática que ha preocupado a los chilenos.

El viernes pasado, el último día del primer año del gobierno de Gabriel Boric, el Mandatario realizó un nuevo cambio de gabinete para tratar de recuperar la confianza ciudadana y dar un nuevo impulso a su Gobierno. Esta ceremonia, agendada para el mediodía del viernes 10 de marzo, contó con una demora de más de tres horas, debido a que algunos nombramientos sufrieron bajas de último minuto.

En Relaciones Exteriores, después de numerosos escándalos y malas ejecuciones, dejó el ministerio Antonia Urrejola, siendo reemplazada por Alberto Van Klaveren. Mientras que José Miguel Ahumada dejó la dirección de la subsecretaría de dicha cartera, entrando Gloria de la Fuente.

También hubo cambio en el ministerio de Cultura, dejando su cargo Julieta Brodsky, siendo reemplazada por Jaime de Aguirre. En la cartera de Deportes, Alexandra Benado fue reemplazada por Jaime Pizarro. En Obras Públicas llegó a liderar Jessica López, saliendo Juan Carlos García. Y, por último, Silvia Díaz dejó el ministerio de Ciencias, y Aisén Etcheverry asumió como ministra de dicho ministerio.

Si bien, estos nuevos nombramientos se dan, varios de ellos, tras escándalos políticos y mediáticos, no es posible afirmar un real giro del gobierno. Pues, no hubo modificaciones en el equipo político ni económico. De hecho, no fue removido el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, quien no solo ha tenido numerosas polémicas, sino que se ha visto un profundo descuido de la educación chilena. Del mismo modo, se mantiene Giorgio Jackson uno de los peores evaluados por la ciudadanía. Por ello, los cambios no son sustanciales para mejorar la dirección del Gobierno ni tampoco se puede hablar de un giro ideológico, como sería esperable.

En suma, no es dable evaluar la gestión del Gobierno durante su primer año de manera positiva. Si bien Chile viene cruzando una crisis que ha afectado distintas dimensiones de la vida desde el 18-O, el actual Gobierno no ha encontrado un rumbo que permita solucionar las demandas ciudadanas (seguridad pública, violencia, educación, inflación).

Deja un comentario

Debes ser miembro Red Líbero para poder comentar. Inicia sesión o hazte miembro aquí.