La historia argentina registra un solo caso de padre e hijo ejerciendo la presidencia: es el de Luis Sáenz Peña, que ejerció el cargo entre 1892 y 1893, y su hijo Roque, que lo hizo entre 1910 y 1914.

En 1892, Julio Roca y Carlos Pellegrini -las dos figuras políticas centrales de la llamada “Generación del Ochenta”-, para frenar la candidatura del segundo, presentaron la de su padre. Tuvieron éxito en impedir la del hijo,- en los hechos la postergaron 18 años-, pero Sáenz Peña padre renunció al año y medio de gobierno, sumido en una crisis política, que no pudo manejar.

Recientemente, Argentina tuvo un caso del hijo de un presidente lanzado a la candidatura presidencial, que buscó identificarse en discurso y hasta en imagen física con su padre: fue el de Ricardo Raúl Alfonsín en la última elección, quien finalmente fracasó y sólo obtuvo 10% (en los hechos, compitió por el tercer lugar).

Ahora irrumpe la figura de Máximo Kirchner, hijo de dos presidentes que además han integrado el primer matrimonio en ejercer la presidencia en forma sucesiva.

El filósofo español Ortega y Gasset hablaba del “hombre y sus circunstancias”. Es posible que Máximo Kirchner, de no haber nacido en una familia política, nunca hubiera incursionado en ella, pero probablemente las circunstancias lo han llevado a hacerlo.

El acto realizado por La Cámpora en el estadio de Argentinos Jrs. el pasado 13 de septiembre, al igual que toda la acción política del Kirchnerismo, se centra en una épica: ese día se cumplieron 4 años del primer acto del entonces ex presidente Kirchner con la juventud de su movimiento político en el estadio del Luna Park en Buenos Aires.

Se trata de una acción para reafirmar los militantes del oficialismo, cuando este enfrenta dificultades políticas frente a la elección de 2015 y una situación económica y social compleja.

El mensaje del acto ha sido claro: las reformas hechas por el Kirchnerismo son “irreversibles”; no habrá “marcha atrás”, aunque otra fuerza política llegue al poder en 2015 y, si lo hace, entonces “volveremos en el 2019”.

Este fue el mensaje de Máximo Kirchner, uno de los fundadores de La Cámpora, la agrupación política juvenil -más bien de “generación intermedia”- en la cual la Presidenta Cristina Kirchner se ha ido respaldando cada vez más desde la muerte de su esposo cuatro años atrás.

En función de la “épica kirchnerista”, Máximo analiza ser candidato a Intendente de Río Gallegos, la capital de la provincia de Santa Cruz.

Es que su padre inició su carrera política siendo electo en ese cargo en 1987. Aunque los sondeos no son hoy favorables para el hijo de la Presidenta, el acto del sábado posiblemente sea un intento por hacer viable esta candidatura de Máximo.

Además, el rol asumido en este acto parece confirmar las informaciones que dan cuenta que sólo él está participando en la toma de las grandes decisiones de gobierno, junto con su madre y el ministro de Economía, Axel Kicillof.

 

Rosendo Fraga, Director del Centro de Estudios Unión para la Mayoría, Argentina.

 

FOTO:DAVID CORTES SEREY/AGENCIAUNO.

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