El famoso grupo humorístico inglés Monty Python tenía un show de Olimpiadas con deportes tragicómicos. El primero era la carrera de 100 metros planos para personas sin ningún sentido de orientación. Sonaba el disparo y cada uno corría para su lado. Después estaba la maratón para personas con incontinencia. En 42 kms. el liderato se alternaba cada 5 minutos dependiendo de cuantas veces se desviaban a los arbolitos los corredores.
El primer aniversario del Gobierno me evocó ese programa. Si Monty Python viera a nuestro Presidente pasando revista a los militares o a Pikachu y un Dinosaurio redactando la Constitución; o la intervención de Izkia por Camila que dirigiéndose al país parecían ventrílocuos tipo Melón y Melame; o autoridades hablande en castellane buscaría la cámara indiscrete.
La coalición que nos dirige es como un elenco de saltimbanquis; prestidigitadores, malabaristas, contorsionistas y funambuleros, todos con nombres exóticos, como Irina, Irací o Giorgio, hablando de “brigadistos” o “chiques” y con actitudes curiosas, como los soliloquios de la NOT/Primera dama en una neo lengua que suena como castellano pero es un galimatías ininteligibles o las volteretas del Presidente que son tan impredecibles como incomprensibles. Ese talento griego de hablar largo y tendido sin decir nada es para aprovecharlo en el Festival de Viña, pero no para representar al país. Afuera deben pensar que vivimos en una teatro del absurdo. Me imagino una soireé en La Moneda en que ella declama latamente sin sentido mientras él embelesado da volteretas sin sentido.
Después está el famoso sketch del “Zar del Gas”. En él, un calvo ministro con un gorro y balones comprados en el mall chino todo en tono rosado -como de animé japonés- anuncia una transnacional de gas con sede en Chiguayante.
Qué decir de los incidentes diplomáticos que son de sketch de colegio. Insultaron al rey de España, al ex secretario de Estado de EE.UU., a la Presidente de Perú y al embajador de Israel. Seguimos con la comedia de equivocaciones del TPP11, donde el inepto subsecretario dilató nuestro ingreso a esta alianza, perjudicó a todo el país y no consiguió ni una “side letter”. Yo sugeriría pedirle “to step aside”. Por otra parte nuestro embajador en España, modelo de elegancia y refinamiento, subiendo fotos íntimas a RRSS, mientras come langostas y vive y se moviliza en bienes fiscales pagados por contribuyentes que comen marraqueta y andan en Metro. Es el primer caso de un embajada que más que habitada parece “Okupada”. El epílogo del sketch de Cancillería fue la joyita de la grabación de una reunión del gabinete de la Ministra, donde con una coprolalia más propia del coa de los patibularios que del idioma versallesco que caracteriza a los diplomáticos, generaron un incidente con el Senado, Argentina y sus aliados políticos.
Seguimos con la fijación sexual del gobierno. El Ministerio de Cultura se dedica a financiar performances pornográficos y el Ministerio de Educación anunciando un cambio el paradigma en que pareciera que les preocupa más sexualizar a los niños que alfabetizarlos. No sería raro que promuevan la reposición del acto cívico cambiando la antigua ceremonia de izar la bandera por un “acto” más progre de extraerla de un lugar no destinado al efecto.
Por supuesto que los que más han disfrutado de todo este espectáculo son los delincuentes, terroristas y narcos que se han reído a mandíbula batiente. Lo único que falta es que el Ministerio de Justicia organice un concurso “gánese el indulto”, en que narcos, violadores y terroristas compitan por una medalla del cincuentenario de Allende.
Y este show además ha tenido telechácharas como las de Firulete. En ellas la bella vocera niega la intencionalidad de los incendios mientras las imágenes muestran a carabineros encontrando bidones con acelerantes, persiguiendo encapuchados y los memes invaden las redes con conejos pirómanos. Qué decir de las llamadas de Maite, que nos recuerdan al fallecido humorista “Gila” que satirizaba la guerra civil española llamando por teléfono a los enemigos para que no atacaran a la hora del futbol.
La verdad es que Izkia nos advirtió que iban a dar jugo, pero nunca pensamos que iba a ser tanto. Uno aspira a que su líder reciba un apodo viril, admirable o intimidante, como “Guillermo el Conquistador; “Pedro el Grande” o “Iván el Terrible”;” pero desde “Juana la loca” que no se escuchaba uno peor que el de “Merluzo”. Hemos pecado pero no nos merecemos esto.