Se me pasó volando este año, como 5 minutos… bajo el agua.
Tras un año de flagrante inoperancia, la realidad los tiene muy pillados y caballo pillao es caballo ganao. El discurso tendría que cambiar, pero después de un año de vivir de puro amor y promesas, solo el discurso no será suficiente; necesitan hechos y un muy vistoso “hacer como que hacen”.
Un cambio de gabinete ayudaría, pero tendría que ser uno bueno sosi poh. ¿Les tomo el pedido? Vamos sacando a la ministra de RR.EE., al de Economía, a baby Lenin, al ministro de Educación, al de Agricultura y a todos los que nadie conoce. Y les agrando el combo con los subsecretarios: RR.EE., Salud Pública y el para las FF.AA. Básicamente estaríamos dejando a alguien que sepa cómo funciona la impresora por ministerio.
El día del níspero. En la tarde.
En este primer año de Gobierno del Presidente Boric, mucho se ha insistido con esto de las dos almas del Gobierno. Creo que el alma es una sola, el resto son facilitadores, adultos que tienen algo más de contacto con la realidad pero que igualmente iban por el Apruebo con todo lo que eso implica. Ellos sí se dan cuenta que para lograr las transformaciones profundas hay que moderar el lenguaje y las ambiciones, apuntar a dos o tres cositas pero güenas. No los veremos hablando como Irina jamás, aun cuando secretamente capaz que una parte de sus corazoncitos sienta que sí fueron víctimas de una especie de Brexit de cuneta, que es la increíblemente cuma teoría que abraza el FA-PC, sus activistas y muchos connotados excontituyentes.
Todo aquello de “otra cosa es con guitarra” me tiene podrida. No sabía bien por qué, hasta que el otro día tomé tanto café que logré desvelarme y tuve una epifanía (los envidiosos dirán que fue una alucinación). No me gusta porque supone que el problema de ellos es no saber hacer, no saber gestionar, no saber administrar, no saber tocar. Vale decir que su problema es práctico, físico incluso. Eso supone además que eventualmente podrían aprender o que podrían encontrar alguien que toque por ellos y el problema estaría resuelto.
Ese no es el problema. El problema es baby Lenin con su superioridad moral, el problema es Irina y sus inefables declaraciones, el problema es el ministro de Hacienda y la ministra de la Segpres con cara de pena, victimizándose y cobrando sentimientos cochinos porque se rechazó en la Cámara de Diputados su muy mala reforma tributaria.
El problema es moral. El problema es que sus actos, tienen una moral que los inspira, una que guía sus prioridades y esa moral es para venir a juzgarnos y obligarnos. Esa moral es en realidad una moralina que está descompuesta, es sabidamente mala y es ruinosa. No es que si alguien les enseña a usar Excel el problema se soluciona, no (igual enséñenles). Es más profundo que eso.
Y por eso lo que nos queda son dos caminos; un Bachelet 3, el regreso, con la Nueva Mayoría (reloaded) haciendo como que hace tratando de salvar los muebles del ataque despiadado de la realidad. O, la Nueva Mayoría (reloaded), maquillando y justificando todo para que al final del día S.E. se mande un “indultazo” tras otro. El primero es malo, el segundo es pésimo, llevamos un año en eso.
Esta pitonisa, ante todo cree que la realidad terminará por imponerse, y ya es ineludible que este Gobierno de iluminados, sólo ha logrado que lo malo empeore y lo bueno empiece a desaparecer. Este será el año en que Chile les tenga menos paciencia a todos, de lado y lado, porque ya sabe que las deudas no se pueden pagar con amor y no, no se puede vivir del amor.