Esta semana, la izquierda -fuerza mayoritaria de la Convención- dejó puesto un candado al nuevo texto constitucional. Definió que, de aprobarse la nueva Constitución, cualquier reforma que se le quiera hacer de aquí al 2026 requerirá de 2/3 de los votos del Congreso.

Para algunos, esto constituye una «trampa» que refleja, a juicio del convencional DC Fuad Chahín, la «verdadera careta» de ese sector.

Paradójicamente, la regla de los 2/3 es la misma que la izquierda criticaba de la actual Carta Magna.


Ante las críticas de la oposición y la misma centroizquierda, el convencional Fernando Atria salió a defender la medida con un tuit que estuvo lejos de calmar los ánimos: “No es una trampa, es un modo de proteger la Constitución de instituciones que no tienen razones para tener lealtad con ella, a la espera de instituciones que, por ser creadas por la NC (nueva Constitución), sí es razonable esperar que la tengan”.
Ardió Twitter y Atria se convirtió en trending topic.




Por el momento, persisten las dudas sobre el resultado del plebiscito de salida previsto para el 4 de septiembre. Aún hay un 17% de indecisos, según la última encuesta Cadem (22 de mayo). Razones al parecer hay.

