Sacarle la foto a Chile, que se extiende a lo largo de más de cuatro mil kilómetros, es un desafío no menor.  A pocos días se nos viene el Censo 2017, y aunque éste ha sido difundido con menos bombos y platillos que el esfuerzo anterior, las expectativas en torno a sus resultados no dejan de ser altas.

Nuevas variables demográficas, tales como el envejecimiento de la población o las elevadas tasas de nuevos inmigrantes, han complejizado a nuestra realidad país, por lo que una radiografía de este tipo se torna muy importante para proyectarnos hacia adelante. No obstante, no sólo a través de números se desmenuza a una sociedad.  También existen otros factores tanto más difíciles de medir por una encuesta, pero que están muy presentes y son muy necesarios para construir el porvenir.  Estos son: los ánimos y esperanzas de las personas sobre su futuro.

Como una manera de ejemplificar una sólida conciencia ciudadana, nuestra Presidenta, junto a algunos de sus ministros, se ha capacitado para salir a la calle, el próximo miércoles, para preguntarle a los chilenos en qué están, cómo se conforman sus familias, cuáles son sus preferencias, sus niveles educativos, su acceso a salud y sus posibilidades de empleo, entre otros.  O sea, todas interrogantes que reflejarán no sólo su calidad de vida, sino también su capacidad de desarrollo personal.

Por otra parte, una de las palabras favoritas de nuestra Mandataria, destacada en sus discursos, formulada en muchas de sus apariciones públicas y señalada como un sello de su actual Gobierno es: “ciudadano”.  Lo que debiera traducirse en participación, la posibilidad de ejercer derechos (sin olvidar los deberes, ¡por favor!) y un protagonismo real de los individuos, motivados, en parte, porque mantienen confianza y certeza en el quehacer de las instituciones.

Sin embargo, y a pesar de su constante reiteración, pareciera ser que existe un vacío entre lo que aspira la Mandataria el emplearla y lo que entienden los chilenos, ya que la mayoría de ellos rechaza sus reformas (ciudadanas), desaprueba su gestión, no participa en las elecciones y se desentiende de sus responsabilidades a nivel social.  Se podría concluir, entonces, que, a pesar del proclamado ímpetu ciudadano, éste aún no ha logrado permear realmente en la población.

Otro mensaje del Gobierno, utilizado en su video para promocionar el estudio, es la idea de “equipo” y que todos somos importantes a la hora de otorgarle validez al censo. Tras ver el video, se me vino a la memoria la famosa “retroexcavadora”, formulada por uno de los integrantes del “equipo” de Bachelet, y cuyas consecuencias, más que sacarme roncha, me produjeron desazón, porque, a través de ella se trató de dejar muy en claro que se comenzaría de cero; quebrantando la continuidad que todo país necesita para avanzar.

Mi conclusión es que los “puerta a puerta” que llevará a cabo nuestra máxima autoridad poseerán una connotación muy distinta a los que emprendió anteriormente para ser elegida Presidenta, y que las realidades con las que se encuentre ahora seguramente la sorprenderán y ojalá la hicieran reflexionar respecto al arrojo con que su administración ha emprendido cada una de sus reformas.

Veremos qué sucederá tras las conclusiones de este censo 2017, las cuales podrían hacer recapacitar a nuestras autoridades, detenerse, y luego repensar dos veces antes de utilizar una retórica que, por el momento, sólo representa a un grupo reducido de chilenos.

 

Paula Schmidt, periodista e historiadora

@LaPolaSchmidt

 

 

FOTO: YVO SALINAS/AGENCIAUNO

 

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