El socialista Fernando Atria, en El Mostrador, insiste en la postura que había sostenido en El Mercurio junto a la también socialista Vivianne Bachelet, sosteniendo que hay que eliminar el mercado en la salud, porque entre otras razones, en el actual sistema el sector privado atrae a los mejores profesionales, dejando desprovisto al sistema público.

En sus palabras: «…el negocio de la salud se expandió. Con la construcción de más y más clínicas privadas, de la mano vino la necesidad de contratar mano de obra calificada… han primado las reglas del mercado. Así, las clínicas privadas han ido progresivamente captando a especialistas, pauperizando aún más la dotación de los hospitales públicos.»

Ante esto, proponen «La única respuesta posible es que la salud sea un derecho social, lo que implica la transformación del sistema. Lo decisivo es excluir la lógica de mercado.»

¿Qué es terminar la lógica de mercado? Aunque Bachelet y Atria no lo explicitan en su columna, queda claro que es terminar el negocio de la salud y el mercado, para que, entre otros efectos, las clínicas privadas dejen de ofrecer oportunidades laborales ventajosas al personal calificado de la salud. Con esto, los profesionales se verían obligados a aceptar los empleos que monopólicamente y en peores condiciones les ofrecería el sistema estatal. Es decir, los profesionales de la salud de todos los niveles verían deteriorarse severamente sus rentas y condiciones laborales, producto del Corralito Laboral en que los quieren meter Bachelet y Atria.

En otras palabra, eliminarles la mejor fuente laboral a los especialistas de salud, para que vayan a caer atados de pies y manos al Estado.

Cuando en una columna en El Líbero yo critiqué esta propuesta, a mi juicio, muy indicadora de lo que es el socialismo real, Atria me acusó de estar preocupado de los profesionales de la salud y no de los beneficiarios del sistema. ¡Nada más lejos de la realidad! Mi preocupación primordial es la de los beneficiarios y pacientes, pero el fin no justifica los medios, y buscar el supuesto beneficio de los pacientes por la vía de un injusto y vitalicio abuso de los profesionales de la salud, no es defendible.

Por otra parte, el sistema que proponen los socialistas Bachelet y Atria, no va en beneficio de los pacientes, sino al contrario, pero eso sería materia de otra columna.

 

Gerardo Jofré, Ingeniero Comercial UC.

 

 

FOTO: MARIBEL FORNEROD/AGENCIAUNO

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