Señor Director:

Se suma un mártir más de Carabineros de Chile, luego de ser atropellado por un delincuente venezolano durante un operativo policial en pleno centro de Concepción. Se convierte así en una víctima más de la delincuencia descontrolada por la que atraviesa nuestro país.

Cómo no recordar que hace pocos años atrás la muerte de un carabinero era algo atípico, sinónimo de “duelo nacional”, que generaba un repudio transversal en la sociedad y en la clase política. Actualmente pareciera que sólo es un número más y el asesinato de un policía se transforma paulatinamente en una conducta regular.

El Gobierno tiene que hacerse cargo de esta situación de una vez por todas. Nuestros carabineros deben contar con las herramientas necesarias para ejercer sus atribuciones y ello requiere inevitablemente de un respaldo político que hoy carecen.

No puede ser que hoy un carabinero que quiere hacer cumplir la ley, sea posteriormente perseguido por el Gobierno, por el Ministerio Público y una serie de instituciones que, en vez de trabajar en conjunto con la policía, parecieran encargadas de perseguir a funcionarios policiales por hacer su trabajo.

Álvaro Román

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