Señor Director:
Al escuchar las líneas argumentales de algunos convencionales respecto a los motivos para eliminar el Senado, pareciera que aquellos se olvidan de que en nuestro actual ordenamiento jurídico los senadores son electos democráticamente por la ciudadanía; nadie ha sido impuesto por una élite o designado por elección divina. Una hoja en blanco no puede eliminar nuestro pasado y presente, y menos aún, la voluntad de la ciudadanía expresada en las urnas.
Daniel Burgos Bravo