Señor Director:
De un tiempo a esta parte se ha instaurado la idea de que la ciudadanía está completa y políticamente polarizada.
Pues bien, antes de afirmar esto conviene recordar que:
—El 4 de septiembre de 2022 una mayoría ciudadana unificó su opinión en un aplastante triunfo del Rechazo a una nueva Constitución, en todas las regiones del país , con el 63% de la votación, que el mismo Presidente reconoció entonces como: “un mensaje contundente de las urnas”.
—El 27 de marzo último, según la encuesta Cadem, el 70% de las personas unidas bajo una misma opinión, dice tener poco o nada de interés en el segundo proceso constitucional propuesto por algunos políticos, después del impresionante rechazo al primero.
—Posteriormente, en la elección de constituyentes del 7 de mayo pasado, siendo el Partido Republicano el único partido político que se opuso hasta el final por un nuevo proceso constituyente, arrasó a lo largo y ancho del país con una votación extraordinaria nunca antes vista, venida de una ciudadanía coherente y unida por una misma opinión.
—El 18 de agosto último, la encuesta Cadem mostró un 69% de desapruebo al gobierno de Gabriel Boric, por parte de una ciudadanía nuevamente unida por el dolor y la angustia que provoca ver aniquilado hoy su bienestar y calidad de vida.
Por tanto, ciertamente no es Chile ni los ciudadanos los que están polarizados. Es toda y solo la clase política junto a una minoría de disidentes los que en Chile se mantienen polarizados en el tiempo.
Creo, se equivoca quien pretende traspasar la genuina polarización de los políticos y disidentes, a toda una ciudadanía que en su mayoría comparten los mismos ideales y llegado el momento, los expresa sin complejo como lo hemos venido constatando desde hace ya algún tiempo.
Verónica Correa