Señor Director,

A raíz de la ausencia de la Canciller durante, quizás,  el más grave desastre no sísmico  de nuestra historia (no digo desastre natural, porque las evidencias dicen otra cosa), que afecta a varias regiones de nuestro país y en el que hemos necesitado el apoyo de otros países, llama la atención la falta de responsabilidad, compromiso político y ético de la ministra Antonia Urrejola con su función y, por qué no decirlo también, su falta de vergüenza y patriotismo.

Lo anterior me recuerda cuando la madrugada del 24 de mayo de 1875 se desató un violento temporal en la bahía de Valparaíso. La corbeta Esmeralda se encontraba amarrada con cadenas a su boya, pero el vapor Valdivia, que se encontraba próximo, garreó y colisionó con la corbeta, cortándole sus cadenas, rompiéndole el bauprés y echándole abajo el palo trinquete, quedando esta al garete.

Todo esto transcurría mientras su comandante, el capitán de fragata Luis Lynch,  y su segundo comandante , el capitán de corbeta Arturo Prat, que se encontraba con licencia médica, sin mediar órdenes superiores lograban llegar a bordo en botes a remo, poniendo sus vidas en riesgo al subir a bordo. Incluso Prat se lanzó al agua para ser izado con una cuerda.

La presencia a bordo de sus máximos jefes para dirigir la maniobra finalmente logró salvar el buque que tanta gloria le dio a Chile 4 años más tarde.

Seguro que si nuestras actuales autoridades conocieran estos ejemplos de responsabilidad y compromiso heroico, sus conductas y ejemplo a la comunidad nacional serían muy distintas.

Reinaldo Reinike Espinoza

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