La policía detuvo al sospechoso de enviar paquetes bombas contra Oscar Landerretche, Louis de Grange y de instalar un artefacto en un paradero de Transantiago. Además, el gobierno no autorizó la marcha antiinmigración. Si bien se trataba de una actividad impopular, políticamente incorrecta y reprochable desde varios puntos de vista, desde una mirada constitucional es muy discutible que se pueda prohibir. El argumento de la intendencia fue que la convocatoria incorporaba aspectos agresivos, que vulneraría el derecho a reunión y a manifestación pacífica.


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