Dos militantes de la UDI fueron “premiados” ayer. El diputado Patricio Melero, quien nunca se dejó seducir por los “cantos de sirena” de la popularidad que significaba aprobar el retiro del 10% o apoyar un nuevo royalty a la minería (como sí hicieron otros colegas suyos), fue nombrado ministro del Trabajo. Para reemplazarlo en la Cámara, la directiva de la UDI eligió al ex Core Cristián Labbé (hijo), quien pese a haber sido electo en el gobierno regional con la primera mayoría nacional y a tener aspiraciones de competir para gobernador, declinó su opción y acató el mandato de su partido de favorecer la candidatura de Catalina Parot. A veces, la disciplina partidaria también paga.


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