El apoyo de un sector de RN a proyectos considerados inconstitucionales y las diferencias entre la mesa directiva y parte de los parlamentarios de la colectividad ha desatado una controversia agudizando la tensión dentro de Chile Vamos. Para abordar este tema, la periodista Pilar Molina conversó en el programa La Mirada Líbero en Agricultura con el diputado de RN Diego Schalper. El legislador se refirió al clima político al interior del partido y en la coalición oficialista. Además, habló sobre el rol y la conducción del presidente de RN, Mario Desbordes.

-Tiene 35 años y una mirada nueva, y parece que está desafiando a Mario Desbordes para ser el próximo presidente de RN…

-Más que desafiar a alguien en particular yo lo que creo que es interesante es que nos preguntemos si la línea de conducción que se ha ido instalando es la correcta. Y esa es la pregunta que yo estoy tratando de plantear en varios sentidos, tanto en el lenguaje que se emplea, en la manera cómo se toman las decisiones, en fin, acá tenemos una buena oportunidad en la pandemia para preguntarnos qué centro derecha queremos tener a futuro, esa es la conversación que me hace sentido instalar.

-Hoy acusan de que parte de RN, partiendo por su presidente, está coqueteando con la oposición y le están creando problemas al gobierno, a pesar de que es el partido más grande del oficialismo. ¿Usted coincide con ese juicio?

-Yo hago la siguiente pregunta. Cuando el presidente del partido más grande de Chile emplea un tono beligerante para plantear sus puntos de vista, ¿qué le queda al diputado moderado del PS o de la DC?, ¿tiene alguna posibilidad de emplear un tono conciliador, moderado, que no haga eco de resentimientos sociales, cuando en definitiva, desde el partido más grande del gobierno no se escucha ese tono?. Evidentemente que no. Tú, en vez de contribuir a las soluciones, empiezas a contribuir al tono de confrontación, que le hace muy mal a los países. No conozco ningún país en el mundo que saque adelante crisis difíciles con climas de confrontación. No los conozco. Y ahí los liderazgos de los dirigentes políticos son muy importantes. Entonces, cuando observo que aquí se emplea permanentemente la retórica del conflicto de clases como una manera de instalar una pretendida y valorable empatía social… francamente no creo que sea el tono que tenemos que tener en este minuto, independiente que pueda simpatizar con algunos sectores de las redes sociales. Lo que esperan los chilenos de nosotros es que tengamos más sentido de urgencia que el que muchas veces ha tenido la dirigencia política, pero no por eso adoptar un tono beligerante, confrontacional y que haga eco de un cierto resentimiento social.

Cuando el presidente del partido más grande de Chile emplea un tono beligerante para plantear sus puntos de vista, ¿qué le queda al diputado moderado del PS o de la DC?, ¿tiene alguna posibilidad de emplear un tono conciliador, moderado, que no haga eco de resentimientos sociales, cuando en definitiva, desde el partido más grande del gobierno no se escucha ese tono?».

-¿Pero por qué lo están haciendo estos diputados? Me estoy refiriendo a diputados como Marcela Sabat, Ximena Ossandón, Paulina Núñez, Gonzalo Fuenzalida, Francisco Eguiguren y el propio Mario Desbordes, ¿lo están haciendo porque dan por terminado el gobierno del Presidente Piñera y están tratando de posicionarse ellos como empáticos frente a la opinión pública y la emergencia sanitaria?

-Me he acordado mucho de un libro que leí hace poco de Daniel Mansuy, que es bien interesante, que habla de la incapacidad de la izquierda y la derecha de la transición de defender su obra. Y hoy en la derecha hay dos sectores que tenemos que tener mucho cuidado con ellos, uno son los autocomplacientes, que también los hay, que son algunos que creen que aquí no hay que mover mucho las cosas, que esos existen, eso es real. Pero tambien los hay los autoflagelantes, que son algunos que, de alguna manera, ya sea consciente o inconscientemente, han hecho en alguna medida propio este diagnóstico y esta retórica del Frente Amplio, en donde pareciera que los últimos años han sido lo peor de la historia de Chile, y no se dan cuenta que cuando emplean ese discurso o cuando comulgan con esos diagnósticos, lo que hacen al final es eliminar toda posibilidad de diálogo con los sectores moderados. Entonces, creo que se ha ido instalando una especie de derecha auto flagelante… Una cosa es ser empático, una cosa es tener un juicio crítico, pero otra cosa muy distinta es empezar a hacer una especie de versión soft de los diagnósticos del FA. Creo que tenemos que marcar una línea tremendamente clara entre tener la solidaridad como principio de inspiración política, y asumir el estatismo socialista como la manera de enfrentar los problemas.

No significa que para empatizar con esa angustia tengamos que empezar a hacer eco y a comulgar con los diagnósticos y planteamientos del FA».

Creo que hay poco trabajo, poca rigurosidad, y por lo mismo se empiezan a confundir las cosas. Me cuesta entender, y espero que no suene a crítica personal porque es crítica política. Pero cuando veo a algunos dirigentes de mi partido decir que aquí no hay platas para los pobres pero hay plata para Latam, pero si eso es una cosa muy violenta, porque además de simplificar un problema tremendamente complejo al mismo tiempo hacen eso de ciertos resentimientos sociales que no son propios de nuestro inventario político. Acá tenemos una pega, yo he tenido la suerte de estudiar en Alemania, donde efectivamente se acuñó la economía social de mercado, y cuando leo al diputado Desbordes decir que él quiere parecerse a una derecha a lo Merkel me siento personalmente interpelado, porque trabajé en la bancada de la CDU en el parlamento Alemán, conozco muy de adentro lo que es la CDU, y la CDU jamás haría propia retóricas de la dialéctica de la izquierda.

-Pero tampoco hay comunistas allá, ni hay FA en Alemania, ¿o hay posturas tan radicales?

-Sí, tienes a la Die Linke… Lo que pasa es que la Die Linke o la izquierda más extrema en Alemania es muy parecida a lo que es el FA. ¿Cuál es el problema que realmente tenemos? Que expresiones como esa saquen un 18% en la elección presidencial con Beatriz Sánchez, eso claro que nos tiene que parar las alarmas, porque esos planteamientos nosotros sabemos que a lo que llevan son a países divididos y empobrecidos. Pero eso no significa que para empatizar con esa angustia tengamos que empezar a hacer eco y a comulgar con los diagnósticos y planteamientos del FA. Creo que al revés, hay que ser capaz de empatizar con esas angustias, pero plantear una línea divisoria muy clara entre creer en la solidaridad y creer en el socialismo, son cosas totalmente distintas.

-El argumento que repite Mario Desbordes para abrirse a todos los proyectos inconstitucionales, como apoyar el retiro de los fondos de las AFP, que además es una moción que presentó él, es que el gobierno no está siendo empático ni dando soluciones a la clase media… Ese es un punto, de hecho la UDI también emplazó al gobierno a dar soluciones, porque tampoco quieren que aparezca solo la oposición empujando al gobierno a tomar medidas. Y el gobierno va a tomar nuevas medidas. Ahí hay un efecto de «nosotros también queremos ser autores de las medidas que toma el gobierno y dispone fondos».

-Si uno mira la tramitación de muchos proyectos de ley no hemos tenido, y digo hemos porque también el Parlamento tiene algo que decir, el sentido de urgencia que necesita esta crisis, y eso es una realidad. Cuando usted ve que la solución para los trabajadores independientes se demoró un mes y medio en tramitarse, en momentos en que los trabajadores independientes estaban angustiados por encontrar una solución…

-¿Fue culpa del gobierno eso?

-Por eso digo hemos, ambas partes. Una cosa es empatizar con el drama social, otra cosa es exigir sentido de urgencia, pero también parte de nuestra tarea es procesar ese sentido de urgencia con propuestas sostenibles, y que sean financieramente sostenibles y que tengan apoyos políticos suficientes, y también respetar la institucionalidad. Mire, si en el fondo lo que me decía un colega DC que lamentablemente le cuesta poder sacar la voz más él, me decía «¿qué me queda a mí, si es que tus diputados no respaldan al ministro del Interior? ¿Qué me queda a mí si son los parlamentarios de tu coalición los que presentan proyectos inconstitucionales?». Las instituciones son el dique que tenemos para que, puesto en situaciones de urgencia como estas, no se nos escape la institucionalidad. Yo soy de los que creen que acá, sintonizando con la falta de sentido de urgencia que muchas veces tiene nuestro gobierno, empatizando con el drama social, la respuesta a eso no es un tono beligerante ni proyectos inconstitucionales, sino que la pega que tenemos, que es una pega difícil, es levantar un discurso que tenga raíces sociales muy fuertes, pero que proyecte desde la colaboración, desde la solidaridad, desde la libertad y no desde la dialéctica de la lucha de clases. Esto no tiene nada que ver con lo que uno observa a veces en algunos discursos.

La pega que tenemos, que es una pega difícil, es levantar un discurso que tenga raíces sociales muy fuertes, pero que proyecte desde la colaboración, desde la solidaridad, desde la libertad y no desde la dialéctica de la lucha de clases.

-Con esta postura de parte de RN, empezando por su presidente, ¿se está extremando la posición de la izquierda, los está obligando a tener posturas más extremistas?

-Creo que entender mínimamente el mapa político es que si uno que forma parte de los partidos de gobierno no respalda las propuestas del gobierno, el ministro del Interior sale diciendo que un proyecto es tremendamente grave y 27 diputados lo votan a favor, y el presidente del partido más grande emplea una retórica de confrontación, ¿entonces qué le queda a los sectores moderados de la oposición?, ¿en qué posición quedan?. (…) Lo que no nos puede pasar es que el sentido de urgencia sea sinónimo de confrontación, de proyectos inconstitucionales… Lo que tenemos que lograr es tener sentido de urgencia, pero también tener sentido de responsabilidad. Preocuparse de la sustentabilidad financiera no es una cuestión de ortodoxia económica, es una cuestión de solidaridad con los más desfavorecidos, con las personas de las futuras generaciones. Creo que llegó el momento de que saquemos la voz, con empatía social, pero también con sostenibilidad en las medidas que estamos tomando, y creo que en eso el gobierno también tiene algo que hacer.

-¿Qué le parece que el gobierno no defienda la Constitución llevando al TC los proyectos que son inconstitucionales? Proyectos que se presentan o que han sido aprobados, como el no corte de los servicios básicos… no los está llevando al TC ni vetándolos. ¿De esta manera hace pagar los costos a los parlamentarios finalmente, que los rechazan?

-Obviamente cada uno tiene que ver qué responsabilidad le asiste, pero no diría que este es un tema solamente del gobierno. Acá tenemos que pararnos a reflexionar, y en la disputa de las ideas que predominan en una sociedad es muy importante entender que cuando ciertas ideas empiezan a tomar fuerza, y no encuentran una contrapartida, se instalan como el sentido común en la gente. Le voy a dar un ejemplo, a mí en plena crisis de octubre me tocó estar en la comisión de Derechos Humanos, y ahí se instaló esta tesis de que carabineros violaba sistemáticamente Derechos Humanos, y yo con un mínimo de rigurosidad dije “… pero momento, ¿cuántas son las situaciones de denuncia que ha hecho el INDH? ¿Cuántas son las operaciones que han servido carabineros?… pero cómo, si esto no equivale a más del 1%…”. Entonces, acá lo que está faltando en nuestro sector es la capacidad de defender y de proponer con rigurosidad, desde nuestra identidad, soluciones a las angustias sociales. ¿Qué es lo que está ocurriendo? que ante ese vacío los sectores de la oposición, con mucho simplismo, jugando muchas veces con las expectativas de la gente y por la vía de proyectos inconstitucionales, ponen los temas arriba de la mesa, eso ya me parece complejo políticamente.

La centroderecha chilena o sale unida de esta pandemia, o de verdad vamos a salir muy debilitados».

-Entonces les está reconociendo un mérito, que es lo mismo que ellos han validado la presentación de proyectos inconstitucionales, señalando que el gobierno no se hace cargo de los temas…

-No es un tema solo del gobierno, es que nosotros también no hemos tenido la capacidad de generar las propuestas suficientes para responder estos temas. Este fin de semana, y yo agradezco al jefe de bancada Sebastián Torrealba, propició una reunión de bancada para por una vez, sentarnos a conversar qué propuestas teníamos para la clase media… Y a mí me alegró muchísimo que el titular del día martes fuera «bancada de RN propone propuestas para la clase media». Me parece que esos son los ejercicios que nos faltan… reunión a puerta cerrada, sin emplazamientos por la prensa, con un diálogo pausado, riguroso y una propuesta colectiva. Eso es lo que nos falta, cómo no va a ser posible que como sector político tengamos un espacio a puertas cerradas para poder conversar cómo estamos viendo la crisis, qué soluciones vamos a proponer y cómo salimos todos juntos a proponer. Pero hoy eso no está siendo posible, y creo que en eso la dirección de los partidos, la mesa de los partidos, están al debe, porque no están siendo capaces de articularse con el gobierno y con los socios de la coalición, para poder hacer planteamientos en colectivo. Entonces, echarle la culpa al gobierno por no vetar un proyecto me parece que es solo ver una parte de la moneda. Es cierto que necesitamos un ministro del Interior con un poquito más de conducción política, pero también necesitamos que las mesas de los partidos sean capaces de articularse mejor.

-¿Desbordes está actuando en forma personalizada?

-Yo desde marzo o desde febrero vengo diciendo que aquí lo que falta es un encuentro, es una reunión a puerta cerrada, donde podamos conversar y ver cuál es el proyecto colectivo que le vamos ofrecer a Chile en estas circunstancias y después de la pandemia, con nuestras diferencias, con nuestros matices, pero mientras siga esta permanente lucha en base a slogans o en base a titulares de prensa por el diario, francamente no veo que tengamos mucha capacidad ni de empatizar con el drama social ni mucho menos de producir propuestas que sean sostenibles.

-Ahora, el presidente de RN claramente está separándose de una parte de su partido, porque él dice que representa a una derecha con contenido social, profundo y nítido… ¿Usted se siente que representa a una derecha economista, y sin sentido social?

-A mí me sorprende una cosa, le voy a contar una cosa… Cuando yo salgo de la universidad armamos un centro de pensamiento que se llama Idea País. Ahí escribimos un libro que se llamaba «Economía social de mercado en Chile, realidad o mito». Le dimos la oportunidad a Eugenio Yañez que presentara el libro, ese libro básicamente plantea una crítica bien hecha, sin hacer parodia o caricatura de lo que es la economía, de que efectivamente en Chile le faltaban ciertas correcciones al modelo de desarrollo de manera tal de que ese modelo de desarrollo, que en los 90 tuvo que enfrentarse a una lógica centralista y estatista, hoy, enfrentado a nuevos desafíos, fuera capaz de incorporar lógicas de justicia social, de solidaridad, en fin. Eso lo vengo diciendo yo desde el 2012. Tengo clarísimo eso, si aquí yo no pretendo erigirme con superioridad moral respecto de que soy el único que interpreta los dramas sociales, pero la tarea de un dirigente político no es solamente verbalizar cosas que ve, sino que a partir de lo que ve producir propuestas políticas trabajadas, que generen consenso en su sector político, que movilicen personas en sentido colaborativo y que sean responsables fiscal y estatalmente. Entonces siento que acá se está haciendo una parte de la pega no más.

Acá no podemos seguir en esta tontera de la confrontación entre los ortodoxos y los populistas».

-Pero Desbordes ya renunció a hacer propuestas colectivas, está haciendo propuestas con grupos de diputados… Como cuando hizo la presentación del retiro de las AFP…

-Acá la tarea que tenemos es de generar discusión sobre esta línea de conducción, no por algo personal, si no que en definitiva porque acá hay algo muy importante en juego, que es que la centroderecha chilena o sale unida de esta pandemia, o de verdad vamos a salir muy debilitados. Aquellos que hacen eco de la confrontación, de los conflictos internos, en fin, creo que no están mirando la gran pintura, que tenemos que ser capaces de ofrecer un planteamiento sólido, a medida que avance la pandemia.

-¿Cuándo comenzó el desborde de Desbordes? Porque no fue con la pandemia, antes fue con el acuerdo de noviembre, se mostró partidario a apoyar una nueva Constitución, a pesar de que todo mayoritariamente RN estaba por el rechazo.

-Cuando nosotros presentamos esta idea de rechazar para reformar, que un poco tengo que hacerme cargo porque es una criatura de la cual tengo gran responsabilidad, lo que quisimos decir es empaticemos con que hay ciertas cosas de la Constitución que se pueden mejorar, ¿pero por qué el mejorar tiene que ser hacerse eco de esta lógica refundacional de blanco y negro que nos inspiran desde los sectores más extremos de la izquierda? Y por eso, presentamos un proyecto de reforma. Al final es siempre la misma lógica… «yo empatizo con un tema pendiente que la dirigencia política no ha sido capaz de resolver: pensiones, salud, lo que quiera», ¿qué hago a partir de eso?, ¿genero una lógica de banco y negro y ataco a aquellos que están con las isapres como personas malignas?, o más bien digo «miren, acá en su minuto había un desafío, se creó un sistema de salud que tiene sus bondades y sus defectos, y ahora llegó el momento de hacer reformas y mejorarlo». Acá hay un cierto sector de la derecha, que yo le llamo la derecha autoflagelante, que ante ese drama social, y me imagino las presiones, las angustias, ha ido comprándose este discurso del todo o nada, de la refundación… y yo personalmente creo que eso no nos lleva a ninguna parte. 

Lo que sí nos lleva a alguna parte es, reconociendo ese drama social, reconociendo la desidia y la falta de sentido de urgencia ante esos temas, es ser capaces ahora de sacudirnos de este clima de beligerancia y empezar a proponer soluciones sociales potentes, y al menos yo a eso me voy a dedicar las próximas semanas.

-Y constitucionales, porque Desbordes también está haciendo propuestas, pero inconstitucionales…

-Evidente, pero tengo la sensación de que en el partido de RN hay una inmensa mayoría que tiene claro que una nueva Constitución no soluciona sino que profundiza la crisis en la que estamos.

-Pero ustedes tienen un presidente que lo confirmaron en enero, que está por aprobar una nueva Constitución

-Los que participamos en el consejo de enero sabemos que eso no era una situación que tenía que ver con la mesa del partido, sino que ahí de lo que se trata es de la convicción de la inmensa mayoría del partido que efectivamente tiene que ver con estas líneas de conducción que estamos diciendo, y probablemente va a tener expresión en lo que es el debate interno del partido.

-¿Pero se equivocaron en enero al confirmarlo en la presidencia en el consejo general?

-Es que eso nunca estuvo arriba de la mesa para serle franco, esa pregunta no estuvo. El momento de los partidos para tomar ese tipo de definiciones son las elecciones internas, y efectivamente la posición respecto al plebiscito, y cómo eso se extrapola a otras formas de la línea de conducción obviamente es un tema que va a ser relevante en esa definición.

-Hay elecciones en noviembre de la directiva de RN ¿Debiera salir Desbordes? ¿Usted está dispuesto a ocupar su cargo?

-No lo pondría en esos términos, dentro de un partido como RN pueden convivir distintas estrategias y líneas de conducción. Yo tengo una opinión que he manifestado en esta conversación respecto de algunas cosas de esa línea de conducción que me parece que no son las correctas. No me parece correcto hacer eco de resentimientos sociales para empatizar con la angustia, no me parece correcto el que ciertas decisiones no se sociabilicen adecuadamente (…) Más allá de las personas en particular, creo que es importante que esa discusión se dé, que no la amedrentemos.

-¿Y usted estaría dispuesto a presidir RN?

-No hay nada más fuera de lugar que uno estarse autoproclamando a nada. Me siento parte de un grupo de personas, cada vez más amplio, de dirigentes jóvenes, de gente histórica, en fin, que está teniendo una reflexión sobre estas cosas que hemos estado conversando, pero quiénes componen una eventual lista o si hay lista, quizás la solución va a ser otra, es algo que tenemos que ver.

-¿Pero que tiene que venir un cambio, tiene que venir un cambio en RN?

-Tiene que haber un cambio en general en cómo nuestro sector político se está aproximando a esto. Acá no podemos seguir en esta tontera de la confrontación entre los ortodoxos y los populistas… Yo le digo al profesor (Hugo) Herrera, esta dialéctica entre económicos malignos y políticos benevolentes es una cuestión que no resiste la realidad, tenemos que sobreponernos a esas cosas, porque le hacen muy mal al sector.

-Posiblemente usted será el próximo presidente de RN aunque no quiera decirlo, porque le van a hacer la cama…

-No diga eso, acá hay un equipo de personas que está en esto, pero hay que generar debate interno, eso es lo importante.