Un motín carcelario se registró en el norte de Brasil en el estado de Pará, el cual resultó con el saldo de 52 víctimas fatales tras el enfrentamiento entre bandas rivales.

Además, se precisó que 16 de los muertos fueron decapitados y que policías del centro penitenciario fueron tomados como rehenes.

Un funcionario de la Superintendencia de Prisiones señaló que «fue un enfrentamiento entre bandas rivales. Dos funcionarios fueron tomados como rehenes, pero ya fueron liberados».

Según informa la BBC, miembros del Comando Clase A aprovecharon el momento en que las celdas fueron desbloqueadas en la mañana para invadir el ala donde están los miembros del Comando Rojo.

En ese momento se enfrentaron a muerte.

La criminalización al interior de las cárceles en Brasil le precede un historial. Hace solo dos meses, 57 reclusos murieron en otro penal, en Manaos, la capital del Amazonas, donde hace dos años otra revuelta en un presidio acabó con la muerte de 56 personas.