«Hace harto rato que estoy siendo amenazado, solo que ahora es más evidente. Son aproximadamente 11 o 12 amenazas directas de muerte», relata el ex vocero de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Víctor Ancalaf, respecto a las consecuencias que tuvo su decisión de participar en el encuentro 3xi el año pasado.

El dirigente mapuche explica que se sumó a la instancia organizada por la Confederación de la Producción y del Comercio debido a que «el diálogo es una herramienta que nos permite llegar a acuerdos y nos permite escucharnos para buscar una solución a este problema» y califica el encuentro como una «herramienta valiosa para mejorar la situación de la ciudadanía y del pueblo mapuche en particular«. En la cita también estuvieron presentes el lonco Aniceto Norín y el ministro de Desarrollo Social Alfredo Moreno.

En conversación con El Líbero, una de las figuras más relevantes del movimiento mapuche cuenta su transición de ser uno de los líderes del grupo radical -postura que incluso lo llevó a estar en prisión- a convertirse en uno de los impulsores del diálogo en la Región de La Araucanía.

-¿Cómo han sido estas amenazas a las que se refiere?

-Han sido directas, en forma verbal, cara a cara.

-¿Qué le dicen?

-La típica de los peñis, que soy un traidor, un yanacona, un vendido. Otros me han dicho que me gusta la plata, que traicioné al movimiento mapuche. Eso lo dice la gente de la Coordinadora Arauco Malleco. Hemos sido emboscados y atacados por encapuchados con armas de fuego, con alrededor de 70 impactos de escopeta y pistola en camiones que llevaban madera. Están llenos de impactos de perdigones, con los vidrios quebrados. Son camiones que hacen flete con madera forestal. Dicen que los que hemos entrado a negociar, a conversar con el gobierno somos personas traidoras, que han traicionado al movimiento mapuche.

-Usted fue uno de los principales líderes de la CAM, ¿por qué la abandonó y apostó por el desarrollo de su comunidad?

-Tiene que ver con una situación de técnicas ancestrales en la cual los grandes líderes mapuches tenían esas características y uno de los más sagaces en ese tema fue el toqui Pelantaro, que se le llama el Guerrero de la Conquista porque tiene que ver con la conquista de un territorio determinado, que fue usurpado por manos de los españoles y posteriormente de los chilenos. Tenía que ver con una técnica de conversar, dialogar y recuperar la tierra que se les había quitado, pero también en este proceso de conocer al enemigo y abrir espacios para reportar beneficios a la causa del pueblo mapuche. En el libro «El grito mapuche» se habla de la economía, de cómo los mapuches podrían trabajar en la agricultura y hoy día vemos que hay gran cantidad de mapuches que tienen máquinas cosecheras, que tienen tractores y cultivan su tierra, ellos también necesitan de la mano del Estado y el gobierno en particular, en términos de apoyo económico, para que puedan resurgir.

 La Coordinadora Arauco Malleco ha perdido la conducción política porque en un momento dado todos los movimientos sociales entraron en este estado de conversación».

-Pero por este motivo lo amenaza la CAM, sus antiguos compañeros.

-No es tan solo el caso mío, sino que también le pasó a uno de los jefes del sistema de inteligencia que tenía Pelantaro, que se llamaba Nahuelburi, y que fue tratado de traidor porque luchaba con los jefes españoles para hacerse un cuadro de la situación y tener los antecedentes para ver cuál era la táctica y la forma más correcta de avanzar para poder lograr el objetivo. Y creo que hoy los peñis han perdido el norte, porque significa que están desconociendo todo nuestro legado histórico.

-¿La CAM se siente amenazada por el diálogo por el que están optando algunos líderes mapuches?

-Alguien dijo una vez que a veces es bueno retroceder para posteriormente avanzar y con más fuerza. No creo que se sientan amenazados, pero siento que han perdido la conducción política porque en un momento dado todos los movimientos sociales entraron en ese estado de conversación. Están los movimientos zapatistas, de las Farc en Colombia, que entraron es un proceso de negociación. La lucha sirve para colocar el tema sobre la mesa política de los gobiernos de turno. Ahora si a la Coordinadora Arauco Malleco no le gusta eso, es lamentable. Aquí estamos hablando de los derechos colectivos de un pueblo, no de un club de huasos o de abuelitas. Son los derechos colectivos del pueblo mapuche en su conjunto y cuando se habla de eso tiene que ver con la diversidad que existe, porque hay artistas, intelectuales y un montón de gente profesional que desde su escenario están haciendo su aporte.

En este ir y venir de conversar, de dialogar, siento que es una experiencia que hay que vivirla para poder avanzar, porque si no, vamos a pasar toda una vida de lucha sin obtener resultados concretos».

-Ante las amenazas que usted menciona, ¿esta diversidad queda en segundo plano?

-Claro, no porque a mí me van a amenazar yo voy a decir que mi lucha llega hasta aquí, porque no hay que olvidar que este tema de las amenazas viene hace harto rato. Los primeros atentados que sufrimos fueron en febrero de 2003, cuando nos quemaron la camioneta, el tractor y atentaron contra un sobrino que tenía 10 años.

-¿Cómo se ve al interior del pueblo mapuche estos ataques contra su propio pueblo?

-Tiene que ver con una falta del conocimiento del mapuche porque, por ejemplo, yo no puedo ir a atacar a un peñi porque es artista o escritor, o porque sea agricultor, porque es parte de la esencia de un pueblo. Hay una falta de conducción, de claridad, de saber cuáles son nuestros objetivos. En este ir y venir de conversar, de dialogar, siento que es una experiencia que hay que vivirla para poder avanzar, porque si no vamos a pasar toda una vida de lucha sin obtener resultados concretos.

«Nos quemaron la ruca, la casa, atentaron contra el auto de mi hija y atentaron contra mis dos hijos con armas de fuegos»

«Hemos sufrido tres atentados grandes», afirma el ex vocero de la CAM sobre las consecuencias que tuvo su participación en el encuentro 3xi. «Nos quemaron la ruca, la casa, atentaron contra el auto de mi hija y atentaron contra mis dos hijos con armas de fuegos«, señala Ancalaf quien agrega que «estamos conscientes que son costos y hay que asumir, seguir estando ahí».

¿Quién realizó estos ataques?

Fueron encapuchados, dispararon varios impactos de bala, un centenar entre pistolas y escopetazos. Mis hijos iban en un camión de madera, estaban amenazados porque hay diferencias de opinión, Carabineros no prestó ningún apoyo y se llevaron detenidos a mis hijos. Mis hijos resultaron heridos y no fueron heridas superficiales, nosotros tuvimos que extraerles las municiones. En el caso de mi hija fueron 48 impactos de bala y al auto lo hicieron pedazos, iba a la farmacia para comprar para remedios para mi nieto. En otra oportunidad fuimos emboscados, nos bajaron del vehículo a mí, mi señora y mi hija, que tenía 10 años, seis encapuchados, con armas de fuego. Esto último fue hace un año.

En otra oportunidad fuimos emboscados, nos bajaron del vehículo a mí, mi señora y mi hija, que tenía 10 años, seis encapuchados, con armas de fuego. Esto último fue hace un año».

-Pudo haber terminado en algo parecido a lo que ocurrió con los hijos del lonco José Cariqueo.

-Fue muy parecido el modus operandi, porque fueron seis personas, a las cuales tenemos identificadas. Pero ¿para qué vamos a colocar querellas?

-¿Usted conoce sobre otros casos en los que dirigentes mapuches hayan sido amenazados o que su integridad haya estado en peligro por haber optado al diálogo?

-Conozco casos que a veces son tristes recordarlos, pero dentro de esta diversidad no pretendemos caerles bien a todos porque cada comunidad es independiente una de otra.

-El año pasado se anunció que usted iba a tener un parque eólico en sus tierras tras un acuerdo con el gobierno. ¿Cómo va ese proyecto?

-Ese proyecto está en foja cero porque nos estaba dando muchos problemas. Hubo muchas amenazas porque se tergiversó la información, dijeron que eran 500 millones de dólares, cifra a la que yo habría llegado a acuerdo con el gobierno.

-¿En qué consistía el proyecto?

-Era un proyecto Corfo, que alcanzaban los 43 millones de dólares y generaba 18 megawatts. Pero lo desechamos porque nos trajo muchos problemas, por el tema de las amenazas constantes.

-¿Cuál es su actual emprendimiento?

-Nos embarcamos en lo que hemos hecho tradicionalmente, con el tema de la agricultura, los cultivos tradicionales y la recuperación de la sierra, que es en lo que estamos concentrados hoy día. Estamos dedicados  a la agricultura tradicional, en cultivos de trigo, avena, empastada para vender fardos. Además, nosotros hemos reforestado, con árboles nativos y hoy día esas plantas ya están sobre los tres metros de altura.

«Todos los esfuerzos, los cambios son necesarios y tienen costos, y yo estoy dispuesto a asumirlo»

-¿A pesar de las amenazas, usted desea continuar en esta línea de diálogo?

-Todos los esfuerzos, los cambios son necesarios y tienen costos, yo estoy dispuesto a asumirlos. De hecho, cuando nosotros partimos con este tema en 1991, antes de que se promulgara la Ley Indígena, estábamos claro que no iba a ser fácil, lo conversamos muchas veces con mi padre y familia, pero también uno obedece a un linaje al que pertenece y porque sentimos que es un tema que compete al pueblo mapuche en su conjunto y a esta altura uno no lo puede abandonar porque si no estaría siendo terriblemente irresponsable.

-¿Cuáles son sus planes a futuro? ¿Se unirá a la Confederación Económica Mapuche (CEM)?

-Creo que la unión a la Confederación Económica Mapuche tiene que ver con seguir trabajando en la línea que hemos estado y esperando que el gobierno de turno de una vez por todas nos escuche de verdad, si quieren hacer y pasar a la historia como un gobierno que presentó resultados concretos.

-¿A través de este ingreso a la CEM quiere dar una señal a su pueblo y al gobierno?

-Lo que aquí nos une es la instancia que nos permite hacernos más fuertes, unir fuerzas y de esa manera trazar una línea política que nos permita salir de esta situación.