YouTube video

Son las 3 pm. Renate Neumann llega a la entrevista con una jardinera larga negra y una blusa del mismo color, con lunares blancos. Llega acelerada, corriendo, habla mucho, se ríe. No ha almorzado dice, porque no ha tenido minuto. Tiene las manos manchadas con pintura de distintos colores. Probablemente su última creación.

La artista es conocida por sus cuadros, grabados, esculturas, murales y sobre todo, por sus intervenciones a objetos, como autos, sillas, hervidores y jugueras, lo que la ha llevado a exponer en ciudades como Amsterdam y Nueva York. “Creo que fue una manera de liberarme, de sanarme. Porque cuando uno es artista uno plasma en sus cuadros el ser esencial que uno ve, es lo más profundo uno. No puede negarse ni lo bueno, ni lo malo, está todo ahí puesto. Y tiene sentido con la vida, porque uno no tiene una vida feliz, plena, pareja. Son altos y bajos…. Tu vida es una obra de arte”, dice durante el transcurso de la entrevista.

Su arte es como ella: tienen un selló único. Sus cuadros son recargados y muy vivos, llenos de formas, contrastes y vibraciones de color que, según sus propias palabras “te pueden volver loco”. Lo que sobresale es la energía, la intensidad. “Hay algo que se mete en todo ese enjambre de cosas que lo une mágicamente, y se ve bien, y no sé qué pasa ahí. Y esa soy yo. Porque mi vida siempre ha sido media caótica, corro por la vida, y al final las cosas siempre las logro”, admite.

Habla de sus inicios en Europa como artista visual, como todo comenzó: pintando murales. Habla también de su regreso a Chile, y su posterior desarrollo en el país. Dice que ha habido gran un avance, asegura que el país ha cambiado mucho. “Acá nos costó un poco, pero eso ha evolucionado impresionantemente, pintar un auto para mí fue un gran logro. Tenía ganas de hacerlo hace 20 años atrás, y cuando se lo contaba a alguna marca de auto en Chile me decían sí, pero qué miedo. Y después “Mercedes” me dijo “hagámoslo, acá está el auto”. La gente se está arriesgando mucho más, también se está notando en mi taller, llegan a pedirme cosas que son insólitas”.