«Uno de los factores claves de este proceso de caída del Muro de Berlín es precisamente la llegada de Juan Pablo II como Pontífice, que es muy sorpresiva, porque es un papa polaco», afirma el historiador Gonzalo Larios, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Navarra y profesor e investigador del Instituto de Historia de la Universidad San Sebastián, y explica que  luego de 400 años de pontífices italianos, en 1978 asume un polaco. «De esa manera, el proceso de Guerra Fría comienza a caminar drásticamente hacia un fin«, sostiene.

En el programa radial «La Mirada Líbero en Agricultura», el académico aseguró que el Papa (Karol Wojtyla) conocía el bloque comunista desde dentro, precisamente porque había sido protagonista y testigo de los dos más grades totalitarismos del siglo XX: el nazismo y el comunismo. Por esto, sabía que este sistema podía desestabilizarse, y así, una de sus principales tareas fue desarmar la Ostpolitik, una política de los años 70 que pretendía no molestar al bloque comunista porque creía que el comunismo podía finalmente triunfar en la Guerra Fría.

«Juan Pablo II se posiciona como un líder espiritual, pero que conoce una realidad que prácticamente Occidente había dado por hecha (…) conoce ese mundo desde dentro, sabe sus debilidades, y favorece esas debilidades«, afirma.

Larios, quien además es autor del libro “Historia, arte y cristianismo”, y coautor de «Historia de Chile 1960-2010″, cuenta que el Papa se transforma en un pontífice que va a favorecer una renovación en lo que son los métodos de evangelización, pero por otro lado también consolida un aire tradicional de la Iglesia y devuelve a los católicos la confianza de ser católicos. 

«Uno de sus aspectos más dinámicos es que va a ser un papa viajero, un peregrino. Eso es clave. Los papas hasta Juan Pablo II no salían de Roma, o de Italia. Él va a realizar más de cien giras, visitando un sinnúmero de países», explica en la conversación.

Agrega que la primera nación que visita es México, en 1979, donde sale a las calles, enseña su carisma y su vitalidad, y demuestra que después de más de 50 años de régimen laicista, el pueblo mexicano seguía siendo católico. Además, en ese país inaugura la III Conferencia General del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano).

Luego, en 1987 por primera vez un Papa visita Chile. Llega en un contexto marcado por el denominado conflicto del Beagle, que casi significó una guerra entre Chile y Argentina, proceso en el cual Juan Pablo II fue mediador. Por otro lado, durante ese periodo el régimen militar llegaba prácticamente a su fin.

«Hay quienes dicen que influye Juan Pablo II, para preguntarle a Pinochet cuál es el programa de transición y a comprometerlo con respetar ese programa (…) es muy importante también la atmósfera que genera en su visita a Chile, un ambiente afectivo y de reconciliación, que hacía mucho tiempo que no se vivía», cuenta Larios.

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La serie que revive a los protagonistas de la caída del Muro de Berlín

Esta entrevista es la primera de una serie de cuatro capítulos, que se grabarán semanalmente durante la emisión del programa «La Mirada Líbero en Agricultura».

Un grupo de historiadores de la Universidad San Sebastián profundizarán sobre el rol de Juan Pablo II, Margaret Thatcher, Ronald Reagan, Mijaíl Gorvachov y Erich Hoenecker, en el desenlace de la Guerra Fría, cuyo símbolo es la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989.

«Hubo personajes fundamentales en el fin de la Guerra Fría. Vale la pena conocerlos y comprender su relevancia, en un momento histórico para la humanidad», explica el historiador Alejandro San Francisco, quien, junto a Joaquín Fermandois y Cristián Medina, participarán en este programa.