José Adelmario Pinheiro Filho, mejor conocido como Leo Pinheiro y ex presidente del conglomerado de brasileño de construcción OAS, estaba recluido en la prisión de Curitiba desde el año 2016. Su figura fue clave para que el ex Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fuese condenado a más de ocho años de prisión. Y ahora, luego de tres años de negociaciones, el ministro Edson Fachin de la Corte Suprema Federal de Brasil (STF) ratificó su acuerdo de declaración compensada con la Oficina del Fiscal General (PGR), lo que no solo le permitió pasar a un régimen de arresto domiciliario, sino que también posibilita el inicio de investigaciones con base en su testimonio. 

Su declaración judicial involucra a la ex Presidenta Michelle Bachelet, de acuerdo con información difundida por el diario Folha De Sao Paulo, en alianza con The Intercept Brasil. Según estos medios, los datos que involucran a Bachelet están contenidos en un paquete de mensajes que Intercept comenzó a presentar el 9 de junio, en una serie conocida como Vaza Jato. Los archivos reúnen chats, fotos, audios y documentos proxy de Lava Jato compartidos en varios grupos de aplicaciones de Telegram y chats privados entre los fiscales que llevan el caso.

Según Pinheiro, la figura de Lula fue clave como intermediario comercial entre OAS y los gobiernos de Bolivia, Costa Rica y Chile para “influir en los negocios de la empresa”. En el caso de Chile señalan que en el año 2013, OAS temía perder el contrato para la construcción del puente Chacao en caso de que hubiese un cambio de gobierno en 2014. 

Folha reporta que Lula habría conversado con el ex Presidente Ricardo Lagos, quien le habría garantizado la continuidad de la empresa y agregan que posteriormente el brasileño solicitó dinero a OAS para la campaña de Bachelet. “Pinheiro dijo que había decidido pagar 101,6 millones de pesos… ‘en interés de la campaña de Bachelet’”. 

La cantidad se pagó a través de un contrato ficticio firmado con la empresa Martelli y Associados una vez que terminó la campaña. En este modelo de transferencia, explican, la empresa realiza contratos por servicios que nunca prestaron para justificar la asignación del dinero. 

Al menos desde enero de 2017 se conocía que Pinheiro había involucrado a Bachelet en su convenio de delaciones compensadas. “Las revelaciones de Leo Pinheiro no se ven bien para Bachelet”, dijo un investigador del caso Lava Jato, citado por la Revista Veja el 31 de enero de 2017. Para Veja, Leo Pinheiro, en 2013 buscaba “conquistar espacio en el mercado chileno e influir en la política local” por medio de OAS. Esta publicación apareció solo un día después de que ese mismo medio revelara el testimonio del publicista del Partido de los Trabajadores (PT), José “Duda” Mendonça. 

El artículo de la revista dice que OAS no solo financió la campaña de Marco Enríquez-Ominami (ME-O), según Mendonça, sino que también “financió la campaña de la candidata Michelle Bachelet, electa Presidenta de Chile”. En ese sentido, alude a un viaje realizado por Lula da Silva a Chile en 2013, en el que se reunió con Bachelet en plena campaña de segunda vuelta, viaje que habría sido financiado completamente por el conglomerado brasileño.

En medio de ambas publicaciones de Veja, la entonces ministra vocera de Gobierno, Paula Narváez, descartó tajantemente la existencia de “cualquier vinculación” entre la campaña de la Mandataria y aportes de OAS. 

La misma Bachelet, el 1 de febrero de 2017, señaló que su campaña de 2013 no tuvo ninguna vinculación ni recibió financiamiento de OAS. “El año pasado hablé de este mismo tema cuando se me consultó y lo hemos descartado tajantemente (…). No he tenido nunca ninguna vinculación con la empresa mencionada”, afirmó en la ocasión, quien agregó que los gastos de campaña “fueron informados al Servel y fueron aprobados”.

Pinheiro también fue quien autorizó el uso de un jet privado por parte de ME-O para sus actividades de campaña dentro de Chile. 

La visita de Lula a Chile en 2013

Ese viaje de Lula a Chile en 2013 también fue mencionado como un indicio de los intereses de OAS en Chile por Ciper, en alianza con la organización peruana IDL-Reporteros, que dio a conocer intercambios de whatsapp entre Leo Pinheiro y Augusto César Ferreira e Uzeda -César Uzeda-, ex director internacional de OAS, ocurrida el 6 de noviembre de 2013. En los mensajes Pinheiro pregunta a Uzeda acerca de cuándo se definiría la elección presidencial en Chile, ese año. 

“La primera vuelta será el día 17/11 y es posible que se resuelva para esa fecha con la victoria de Bachelet. En caso que esto no ocurra tenemos dos situaciones distintas. Segunda vuelta Bachelet X (versus) cualquier otro candidato, sin duda Lula va a hacer un gesto por ella. Bachelet X (versus) Marco -en alusión a ME-O-, vamos a quedar en una situación difícil”, contesta Uzeda.

Ciper tuvo acceso a miles de mensajes de texto de Pinheiro, intercambiados entre 2013 y 2014 con varios de sus colaboradores. Los mensajes se consiguieron a través de la incautación de tres teléfonos celulares Iphone, por la Policía Federal de Brasil durante la séptima fase de la operación Lava Jato, en noviembre de 2014, cuando Pinheiro fue detenido.

En su conversación, Uzeda y Pinheiro analizaban la situación electoral de Chile a propósito de la visita que Lula tenía planeada a Santiago para reunirse con empresarios el 26 de noviembre. En los mensajes se refieren a Lula como Brahma. “Creo que los convidados dependerán de los resultados de las elecciones el domingo próximo, tal vez un almuerzo con participación de empresarios, políticos con orientación más de izquierda e intelectuales. Someteríamos a los convidados a la crítica previa de él”, acordaron en aquel momento. ME-O no pasó a segunda vuelta, por lo que el brasileño pudo visitar el comando de campaña de Bachelet en Barrio Italia. 

Según el medio, OAS tuvo un rol muy activo en la definición de la agenda del entonces Presidente en esa visita.

En julio de 2018 la ex Mandataria firmó una carta de apoyo a Lula da Silva, para que pudiera inscribir su candidatura a la Presidencia estando ya en prisión. “Se trata, sin duda, de la figura política más relevante y popular del país”, argumentaba la petición.

“Apelamos al Poder Judicial del Brasil para que garantice el pleno respeto a la Constitución, permitiendo la inscripción de Lula como candidato presidencial. Lo exige la democracia brasileña. Lo demandamos también los demócratas chilenos”, concluía el texto firmado por más de 40 políticos.

La polémica por el rol de OAS en Chile no se limitó a su injerencia en la escena política. La constructora consiguió tres grandes licitaciones, que sumaban alrededor de 805 millones de dólares: un proyecto colector de aguas servidas en el río Mapocho; el Hospital Regional de Rancagua y el Puente Chacao (obra que se adjudicó 11 días después del paso de Lula por Chile). Solo logró concluir la primera.

Martelli: al que todos vinculan con OAS

En los mensajes de whatsapp difundidos por Ciper también aparece mencionado Giorgio Martelli, quien hacía las veces de recaudador de fondos para la campaña de Bachelet, y quien además viajó a Río de Janeiro a fines de 2014 para visitar obras de OAS en esa ciudad. “De acuerdo a los mensajes de texto a los que tuvo acceso este medio (Ciper), ejecutivos de OAS pidieron al propio Leo Pinheiro que confirmara el viaje de Martelli a Río”, reseña Ciper.

Los diálogos además daban cuenta de las “intensas gestiones” que en el segundo semestre de 2014 llevó a cabo OAS para lograr la licitación del Aeropuerto Arturo Merino Benítez de Santiago. En esa línea, el abogado de Martelli admitió a Ciper que el geógrafo “sostuvo reuniones con OAS en calidad de gerente general de la Corporación para el Desarrollo Sustentable de Pudahuel (Codesup), de la que es socia la concesionaria del aeropuerto”.

Ayer, Martelli reaccionó y se defendió de las acusaciones. “En relación a versiones de prensa que me involucran en el financiamiento de la empresa OAS para la campaña de Michelle Bachelet, quiero reiterar que mi empresa jamás ha recibido dinero para financiamiento político”, afirmó.

Agregó en alusión al “contrato ficticio” mencionado por Folha: “El contrato que estableció mi empresa con OAS fue en el año 2014, posterior a la campaña presidencial, y se refirió a un estudio de precios del suelo y la elaboración de un mapa turístico de Chiloé. Dados los problemas financieros de dicha empresa en Chile, el contrato finalmente se limitó solamente a la elaboración del mapa Turístico de Chiloé, por un monto de 50 MM$ aproximadamente, producto que existe y es ampliamente conocido”.

Una versión similar entregó en junio de 2018, cuando en un comunicado, explica que su relación con OAS empezó en 2009, “con el fin de explicarles la legalidad del sistema de financiamiento reservado en campañas electorales… en el año 2014, ya terminada la campaña presidencial de ese entonces, desarrollé actividades profesionales para OAS en el marco de obras de construcción que esta empresa llevaba a cabo en forma legal en Chile, contratada bajo el gobierno del entonces Presidente Piñera”.

La fiscal de Alta Complejidad Ximena Chong, a cargo de las indagatorias de los vínculos de OAS en Chile, reconoció la existencia de un contrato por 100 millones de pesos.

«En relación con los 100 millones de pesos, la información que ya se manejaba en el contexto de la investigación son facturas emitidas por una empresa de titularidad de Giorgio Martelli y de su sobrino, que habrían sido emitidas a OAS Chile, previo a suscripción de un contrato los primeros meses de asunción del segundo Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. El contrato es por esa cifra», detalló la persecutora.

Chong se ha encontrado en un callejón sin salida con respecto a este caso. En varias oportunidades durante los últimos tres años intentó obtener, sin éxito, copia de las declaraciones de Pinheiro, lo cual no había podido lograr porque no se habían cerrado los detalles del acuerdo de delación compensada entre el ex presidente de OAS y la Procuraduría brasileña. 

Las declaraciones del empresario habrían ocurrido entre enero y febrero de 2018. El fiscal nacional Jorge Abbott detalló que el Ministerio Público desde 2016 “ha solicitado una serie de requerimientos, para que se nos haga entrega de declaraciones que han prestado diferentes personas, tanto en el caso Odebrecht y OAS”. Detalló que en 2018 la fiscal Chong fue a Brasil a tomar la declaración de Pinheiro, pero él decidió guardar silencio.

Recién, el pasado 4 de septiembre recibieron respuesta de Brasil, indicó Abbot: “En cuanto a Odebrecht nos informan que de las declaraciones que han prestado no hay antecedentes que vinculen pago irregular relacionado con Chile, de OAS, nos han señalado que no es posible enviarnos la declaración del señor Pinheiro, atendido a que aún no se encuentra ratificado por el Tribunal Supremo de Brasil el acuerdo de delación premiada que tiene Pinheiro con la Fiscalía, cuando ese acuerdo tenga la aprobación, se nos dará la información”.

Esa aprobación se concretó el 13 de septiembre. 

Por su parte, el ex Presidente Ricardo Lagos, también señalado en la información publicada por Folha, desmintió la versión entregada por Pinheiro y dijo desconocer por qué lo mencionaban. “Yo nunca he hablado de platas con Lula. Es todo lo que le puedo decir. Y menos el 2013, cuando yo ya no era Presidente. Esto es lo más insólito que me ha pasado. Pero lo encuentro insólito, nada más”, declaró.