Chile se ha transformado en un país carente de agua, producto de una sequía que se viene arrastrando hace varios años. Existen zonas, tanto en el norte como en el centro del país, que se encuentran en estado crítico y será más crítico aún este año si las precipitaciones no son por lo menos normales.

La reciente catástrofe ocurrida en el norte no ayudará mucho a la sequía que vive esa zona, debido a que destruyó muchos predios agrícolas. Como precipitó a gran altura, no quedaron grandes reservas nivales y el agua escurrió rápidamente hacia el océano, arrastrando además grandes cantidades de tierra, sedimento y material que por años de sequía se fue acumulando. Sí se lograron llenar algunos embalses, lo cual es beneficioso para tener algunas reservas hídricas. Pero esta situación es particularmente inusual, una situación totalmente puntual donde cayeron más de 20 mm en 24 horas en lugares donde en un año completo caen menos de 2 mm. Tanta agua en tan corto tiempo no beneficia la agricultura, no hay suelo que resista y logre infiltrar de esa manera. El agua, aparte de llegar en sus niveles históricos para la época, también debe llegar parcelada en el tiempo según la época del año.

El 2014, en esta misma época, se hablaba de la probabilidad bastante alta de que llegase el fenómeno del Niño, y podría llegar con características de intensidad muy similares a lo ocurrido el año 1998, cuando ocurrieron grandes inundaciones en la zona central del país. ¿Qué ocurrió? Como hablábamos de probabilidades de llegar, esas probabilidades fueron disminuyendo con el correr de los meses y el Niño nunca arribó el año pasado. ¿Qué sucede este 2015? El escenario es distinto, ya que ahora no hablamos de la probabilidad de la llegada del Niño, sino que este fenómeno ya está instalado en nuestro país. Es de características débiles, sí, pero igualmente debería ocasionar al menos un año dentro de los rangos normales de precipitación, e incluso podría ser algo sobre lo normal. ¿Ayuda esto a la sequía? Tal vez no soluciona el problema de fondo, pero sí permite que no siga recrudeciendo el problema del agua.

Ahora, ¿qué es el fenómeno del Niño? Corresponde a la llegada de aguas superficiales provenientes del Ecuador. Estas aguas son más cálidas que las que estamos acostumbrados a tener por lo que nuestra temperatura superficial del mar tiende a subir algunos grados. ¿Por qué llegan aguas desde el Ecuador? Por los vientos alisios, los cuales circulan hacia nuestro país y en superficie arrastrando las aguas. ¿Qué produce este calentamiento del agua superficial? Más evaporación, más formación nubosa y, por lo tanto, más precipitaciones en Chile.

El país, ante el escenario de cambio climático, va hacia un proceso de desertificación de algunas zonas nortinas. Se espera que el desierto vaya avanzando hasta regiones como Coquimbo e incluso podría alcanzar la V región de Valparaíso. De hecho, en algunas zonas ya se está experimentando con nuevas especies que tienen otro requerimiento hídrico y climatológico, como por ejemplo la quinoa.

En resumen, este año, ante escenario de cambio climático, esperamos precipitaciones dentro de los rangos normales y probablemente algo sobre lo normal en algunos sectores. La sequía podría disminuir dependiendo de la cantidad de agua que caiga y las reservas nivales que queden para luego ser derretidas y transformadas en agua en época de primavera.

 

Gianfranco Marcone, Team Leader Meteorological.

 

 

FOTO: PABLO VERA LISPERGUER/AGENCIAUNO

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