Lucro: según la Real academia Española (RAE 1992) es la ganancia o provecho que se saca de una cosa.

¿Por qué se ha satanizado la palabra lucro? ¿Sacar provecho de algo u obtener una ganancia, es malo? Sacar provecho, es ciertamente algo deseado y propio de la acción humana y distintiva de la animal. Salvo, que el provecho se obtenga “a costa” de un tercero. Pero en ausencia de tal tipo de situaciones sería francamente irracional pedirle al ser humano que pretenda abstenerse de sacar provecho de sus acciones. Más aún, sostener lo contrario equivaldría, a ¿transformarse en una piedra inerte?

De no mediar más explicación entonces, pareciera que estamos frente a un intento de abuso en el uso del lenguaje.

Quizá la maldición se dirija entonces sobre la palabra ganancia, veamos. La palabra ganancia tiene una connotación de beneficio comercial. Pero, si la ganancia, ya sea comercial o de cualquier otra índole, es producto de un libre intercambio voluntario entre las partes interesadas, y no hay terceros afectados negativamente ¿por qué habría de ser demonizada? Pretender hacerlo, ciertamente exigiría una explicación novedosa y convincente. Cuando Ud. adquiere un nuevo libro, ¿sufre Ud. una pérdida o ganancia negativa? Ciertamente no sufre ninguna pérdida. Ud. compró el libro porque el beneficio, placer, agrado, aprendizaje que espera de él es superior al costo en dinero que le demanda, y es verdad, si obtuvo una ganancia, y ¡Ud. lucró!

A riesgo de escandalizarlo aún más, considere el caso de un joven estudiante universitario que, siendo talentoso en los estudios, decide ofrecer cursos de preuniversitario a otros jóvenes que postulan a ingresar a la universidad. ¿Cabría considerar pecaminosa esta iniciativa, solo porque va a cobrar por sus servicios? Ciertamente sería absurdo. Pese que de acuerdo a nuestra definición también estaría lucrando. Pero consideremos ahora la situación en que, producto de los buenos resultados que obtienen sus alumnos, crece la demanda por sus servicios y considera contratar un ayudante. Tal ayudante, como es natural, aceptará el trabajo si y solo si, las condiciones ofrecidas superan a la mejor alternativa que él dispone. ¿Puede Ud. imaginarse otra situación? Y si acepta el trabajo, ¡oh maldición! El nuevo contratado estaría también lucrando porque obtendría una ganancia.

Para qué hablar de nuestro joven estudiante, que ahora si se consagró como “vil lucrador”. Y como si fuera poco, se le ocurre lucrar con la docencia. ¡Que indecencia!

¡Demonios! Parece que todo lo expuesto es lucro. Todos nosotros, en nuestro rol de consumidores lucramos, las personas que ofrecen sus servicios de trabajo lucran, y desde luego nuestro joven empresario emprendedor. Pero lo paradojal es que sólo hay más bienestar para todos. ¡plop!

 

FOTO: AGENCIA UNO

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