Desde los predios de cultivos orgánicos de maíz, pertenecientes a familias productoras, en Minnesota, Estados Unidos, nace esta destilería que ocupa los granos de una manera muy distinta a la usanza de sus compatriotas de Kentucky o Tennessee. Acá los granos son la materia prima de un alcohol más neutro y delicado que en una categoría lleva el nombre de Vodka y en otra versión, Ginebra.

Los alcoholes provienen de una pradera (de allí su nombre) orgánica certificada, algo que limpia de karma el cuerpo del consumidor más consciente, pero esto de nada serviría si los resultados no fueran satisfactorios.

El vodka revela notas florales, con algo almibarado que recuerda a notas de melón y pera. En la boca se revela un alcohol sedoso y balanceado. Su versión saborizada con pepino, que es de un perfil más fresco en nariz, resulta perfecta para coctelería estival. Cierra la propuesta disponible en nuestro país un gin (también orgánico y libre de gluten) que -luego del siempre presente enebro- traslada los recuerdos hacia hierbas gastronómicas como la salvia, tomillo, romero y otras especias exóticas. A cada sorbo se van revelando como destilados agradables aunque, en el caso de los talibanes del gin, tal vez encuentren que la nota de semillas de cilantro o los botánicos clásicos están como actores de reparto de esta obra líquida.

En coctelería, son peligrosamente sencillos de beber y los pivotes idóneos para recetas clásicas como un Martini Dry (revisen la receta perfecta aquí http://www.diffordsguide.com/cocktails/recipe/676/dry-martini-1-preferred-51-ratio) o un Vodka Tonic. Una reconversión de granos destinados a biodiesel que ahora carburan cuerpos de todo el orbe y de nuestro país, porque estas etiquetas han arribado recientemente a barras como Lorenza Bistró, entre otras.

Prairie se encuentra en La Vinoteca. Precio de referencia $19.990. Para información adicional y algunas recetas, visiten http://www.prairieorganicspirits.com/recipes/