“Nadie usaba la Thermomix como mi abuela”, dirá algún nostálgico del futuro. “Ahh, pero yo nunca olvidaré cómo cocinaba mi tía con el lavavajillas”, le podrá replicar su contemporáneo interlocutor. Esta loca o genial publicación a cargo de la editorial Larousse en español, una editorial con un peso específico incuestionable, precisamente es una mirada iconoclasta a un electrodoméstico muy difundido en los hogares modernos y que mezcla ingenio con sustentabilidad. Se trata de una cocina semi cruda o de cocción a baja temperatura y que usa una premisa tan sorprendente y brillante como las copas que limpia.

La bloguera y cocinera italiana Lisa Casali es la encargada de darle otros usos a un utensilio que aparentemente sólo servía para lavar platos. Es como en la película “Ratatouille” de Disney-Pixar, cuando el lavacopas se pone a cocinar. La premisa de la autora promete optimizar tiempo, además de energía.

Claro que hay detractores de este modelo que apelan a que hay microorganismos (sobre todo en las carnes) que requieren altas temperaturas (sobre todo en el núcleo)  para desaparecer por completo. También cuestionan su rapidez; no es lo mismo que lanzar los ingredientes a una sartén o la pasta a una olla con agua hirviendo, pero los resultados en preparaciones como cuscús, algunos pescados más delicados, crustáceos y bivalvos resultan bastante tentadoras.

La técnica combina una suerte de cocina al vacío, con vapor, y que utiliza las temperatura que alcanza el lavavajillas, que es constante (bordea los 50 grados).  La idea es cocinar los productos en jarras de vidrio con tapas herméticas o bolsas de conservación al vacío. Ojo, que la autora promueve el gesto 2 x 1 de cocinar mientras se lavan los platos. No se extrañe si en lo venidero aparece algún anfitrión que le ofrezca su especialidad: “al lavavajilla”.

Cocinar con el Lavavajillas. Lisa Casali. Editorial Larousse. 120 Páginas. Precio de referencia en Amazon: 9 euros.