Las revelaciones de Leo Pinheiro no son nada de buenas para Bachelet”. Esta frase, aparecida en la revista Veja (ver nota aquí), puso a la Presidenta Michelle Bachelet, de improviso, dentro del mayor escándalo de irregularidades que sacude a Brasil -y a varios países de Sudamérica-, denominado Lava Jato.

La vinculación de supuestos aportes de la constructora brasileña OAS a la campaña presidencial de Marco Enríquez-Ominami en 2013, llevó a la fiscal metropolitana, Ximena Chong, a incautar documentación de la empresa en Santiago, y a pedirle a la fiscalía de ese país que le entregue las declaraciones de Pinheiro y le permita  asistir a futuros interrogatorios del ex presidente de la constructora que se adjudicó en nuestro país, como parte de un consorcio, la construcción del puente sobre el canal del Chacao y la construcción del hospital de Rancagua, que abandonó mientras se construía. Esa misma indagatoria podría extenderse a la campaña de la actual Mandataria.

La arista OAS es la segunda más importante en el emblemático caso de corrupción Lava Jato, que tiene como actor principal a la compañía Odebrecht, que está acusada de financiar supuestamente varias campañas políticas, como la de Juan Manuel Santos, en Colombia, y pagar millonarias coimas, como al ex presidente de Perú, Alejandro Toledo, quien está con una orden de captura internacional.

Leo Pinheiro, el amigo de Lula condenado a 16 años de cárcel

Pero, ¿quién es Leo Pinheiro, ese ex ejecutivo que tendría información relevante sobre Bachelet, y que tenía estrecha relación con Giorgio Martelli, ex financista de la Mandataria?

En realidad Leo es su apodo, ya que su nombre real es Jose Adelmario Pinheiro Filho. El sobrenombre lo tomó del jugador de fútbol, Leo Briglia, quien fuera máximo goleador del equipo “Esporte Clube Bahía” del que Pinheiro es fanático desde su niñez.

OAS fue fundada por el magnate César Matas Pires en Salvador de Bahía en 1976, y llegó a tener presencia en 22 países de Sudamérica, Centroamérica, Caribe y África. Leo llegó a la compañía hace 20 años, donde tuvo de aliado estratégico y “amigo” al ex Presidente Lula Da Silva, quien está procesado por delitos de corrupción. La empresa financiaba regularmente los viajes del líder del PT a varios países de América Latina, en que era acompañado por ejecutivos de la empresa.

Cuando Lula viajó a Chile en noviembre de 2013, ocasión en que dio su apoyo a Bachelet en su campaña presidencial, lo hizo precisamente en un avión de OAS y acompañado de Leo Pinheiro, quien tuvo un desayuno con empresarios chilenos en un conocido restaurante santiaguino.

El despegue de OAS de la mano del PT

La compañía comenzó su “punto de inflexión”, como describe la prensa brasileña, con la llegada del gobernador del PT en Salvador de Bahía, Jaques Carlos Magalhaes, quien se convirtió en un íntimo amigo y aliado de Pinheiro. Desde ese momento los contratos de OAS con el Estado y Petrobras crecieron en forma importante.

Estrechos colaboradores del ex presidente de OAS lo describen como un hombre impulsado por el poder más que por el dinero, el que no habría tenido mucho tiempo de disfrutar debido a su ajetreada labor, según los informes de la fiscalía brasileña.

Para evitar ser arrestado estuvo entre junio y octubre de 2014 viajando a 11 países, y destinos como Nueva York, Johannesburgo, Madrid y Buenos Aires, y se desplazaba en uno de sus jets corporativos de lujo, un Cessna Citation CJ-4, que cuesta US$9 millones. Un avión similar le prestó la compañía a Marco Enríquez- Ominami durante su campaña presidencial de 2013.

Pinheiro fue condenado a 16 años y cuatro meses de cárcel por los delitos de corrupción activa, lavado de dinero y participación en el crimen organizado. Se le acusó de “actos ilícitos para defraudar mediante procesos de licitaciones en Petrobras para maximizar ilegalmente las utilidades de sus compañías”.

Sus Whatsapp y mensajes de texto incautados han entregado valiosa información. Por ejemplo, por ese medio se supo que en Chile uno de sus interlocutores para OAS era Giorgio Martelli, el dueño de AyN, formalizado por la arista SQM, aunque su abogado descartó que los vínculos fueran por financiamiento de la campaña de Bachelet, sino que por asuntos ligados a la Corporación para el Desarrollo Sustentable de Pudahuel.

Otro mensaje señalaba que Lula viajaría a Uruguay, pagado por OAS, para reunirse con el Presidente José Mujica y con un “selecto grupo de empresarios” para hablar sobre sus negocios en ese país, como un puerto de aguas profundas en La Paloma y un gasoducto de gas.

Una comunicación diplomática de la cancillería brasileña dio cuenta de que en agosto de 2011 Lula también visitó Bolivia, financiado nuevamente por OAS, ocasión en la que se reunió con Evo Morales y empresarios bolivianos.

Según la Fiscalía brasileña, la constructora habría pagado los arreglos de un departamento de Lula en la costa paulista, que costaron US$1,1 millones, a cambio de obtener tres contratos para obras en refinerías de Petrobras.

¿Cuándo contará Leo Pinheiro lo que sabe de las elecciones chilenas? Su confesión fue suspendida a mediados de 2016 por orden del procurador general de Brasil, Rodrigo Janot, luego de que se vinculara a un ministro de la Corte Suprema con OAS. «Mientras las negociaciones estén oficialmente canceladas, abogados de OAS están en contacto con el Ministerio Público para retomar las tratativas», afirma la revista Veja.

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