La próxima semana comenzaría la huelga legal en la minera Escondida luego de que el 99% de los 2.500 trabajadores rechazara la propuesta de la empresa BHP Billiton.

Los trabajadores exigen un bono de término de conflicto de $25 millones -superior a los $19,3 millones de 2013-, y un reajuste salarial del 7%, cifras que la compañía australiana asegura no estar en condiciones de entregar, argumentando una fuerte caída del 43% en sus utilidades debido a la baja en el precio del cobre y el aumento de los costos de producción.

“Todos los ojos están puestos en Chile, no en China”, alertó el banco británico Barclays, y el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, admitió que la paralización “posiblemente tenga un efecto incluso mayor en el Imacec que los incendios». Y es que hasta el tercer trimestre de 2016 la compañía pagó US$283 millones en impuestos a la renta y en impuesto específico o royalty.

El paro podría durar un mes -como amenazan los sindicatos- y provocar una merma en la producción de 100 mil toneladas de cobre, lo que generaría millonarias pérdidas.

La trascendencia de este conflicto para la minería es que quedará como precedente para otros 15 contratos colectivos próximos a negociarse en el país.

Carlos Allende, el duro negociador que liderará la paralización de minera Escondida

De concretarse la huelga, que sólo depende de una última mediación entre las partes (que rechaza el sindicato),  Carlos Gerardo Allendes Picón se convertirá en uno de los protagonistas del conflicto, ya que es el vocero de la agrupación.

Allendes llegó a la compañía  en agosto de 1994, trabaja como operador de pala y en el sindicato es tesorero y está a cargo de la comisión revisora de cuentas, cuya responsabilidad es llevar control de la contabilidad.

Durante las negociaciones ha dado muestras de ser un duro negociador, y ha acusado a la minera de tener una “actitud netamente patronal”, y darles una propuesta que es un “chiste” y una “bofetada” a los trabajadores.

«Si la empresa mantiene su actitud creo que la huelga será parecida e, incluso, un poco más larga que la de 2006», amenazó este lunes tras el respaldo de los trabajadores a la movilización.

Su mano carlos-allendes-en-huega-de-hambredura y radical la mostró en marzo de 2015 cuando hizo una huelga de hambre de 26 días en reclamo por el plan de retiro voluntario de la empresa.

En los días finales sufrió una pérdida de conciencia y fue internado en la Clínica Antofagasta con un cuadro de hipotermia y un bajo ritmo cardíaco. Pese a su condición se negó a recibir alimento y dijo que seguiría hasta las últimas consecuencias.

El nuevo Frente de Trabajadores Mineros que busca radicalización

frente-de-trabajadores-minerosEl febrero de 2016, Carlos Allendes organizó junto a otros dirigentes sindicales de Minera Escondida, Mantos Blancos, Candelaria, El Soldado y Lomas Bayas, el “Frente de Trabajadores Mineros” (FTM), agrupación que llama a la unidad sindical entre las mineras privadas y públicas, busca afiliar a 25 mil trabajadores y pregona la radicalización como herramienta de negociación, por lo que han realizado varios cortes de rutas y barricadas.

Dentro de sus objetivos han declarado que está “ser un frente de lucha ante los atropellos a las leyes laborales”, renacionalizar el cobre, cambiar la ley 16.744, establecer un nuevo reglamento minero e incorporar una ley minera dentro del Código Laboral.

Sus dirigentes critican a la federación actual por tener una “postura pasiva ante los despidos”, y están dispuestos a tomar “medidas más drásticas”, según el sindicalista Germán Miranda de la minera Lomas Bayas de Glencore.

“Ya se están planificando manifestaciones más potentes. Queremos hacer sentir nuestra voz y estamos pensando una paralización general para la Segunda Región”, afirmó Patricio Tapia, el presidente del sindicato de Minera Escondida, del que es director Carlos Allendes.

Otro de los líderes del frente, Giovanni Pérez, de la mina Mantos Blancos, afirma que quieren ser un “frente de acción popular” en la minería, pero también apoyar a otros rubros como el retail y los puertos.

“Como frente minero nos ayudaremos mutuamente y llamamos a otros sindicatos. No podemos estar en la quietud mientras las mineras todos los meses están despidiendo gente, queriendo mantener la productividad con el terror”, alega Pérez.

De hecho, una de las primeras acciones de la nueva FTM fue reunirse en febrero de 2016 con el director regional del Trabajo en Antofagasta, Rubén Gajardo, para realizar varias denuncias contra diversas mineras, como despidos injustificados y jornadas excepcionales de trabajo. Uno de los seis gestores de intereses fue Carlos Allendes.

Además, realizaron en julio del año pasado el primer congreso de sindicatos mineros, en Bahía Inglesa, en que establecieron que uno de los lineamientos es renacionalizar el cobre, y abogaron por una nueva Constitución y la eliminación de las AFP.

En una declaración pública en que Minera Escondida cumplía 25 años, la criticaron por “tener el descaro de celebrar su aniversario siendo que la realidad es que sus trabajadores son explotados a diario”.

También acusaron a la reforma laboral del gobierno de Michelle Bachelet de ser “empresarial”, de haber abandonado a los trabajadores y dejarlos en manos de las “trasnacionales”. El frente predica que a los “amos del dinero y servidores del sistema neoliberal hay que darles donde más les duele para que entiendan”.

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