Diego Arria, venezolano, de 78 años, no es muy conocido en nuestro país pero ha tenido un vínculo especial con Chile desde la década de los 60’ y ostenta la mayor condecoración civil que entrega nuestro país, la gran cruz de O’Higgins.

En julio de 1975 viajó a Santiago a solicitarle personalmente a Augusto Pinochet que liberara a su amigo y ex canciller del gobierno de Salvador Allende, Orlando Letelier, quien estaba preso en la isla Dawson.

Al otro día, Arria viajaba con Letelier y su familia hacia Caracas, y lo contrató como asesor durante seis meses en la gobernación de Caracas, donde Diego Arria era gobernador. El venezolano estaba muy agradecido del ex canciller porque en la década del 60’ lo recomendó para trabajar como economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, que entonces era dirigido por el socialista chileno Felipe Herrera.

Cuando Letelier murió en el atentado en Washington, su amigo Arria llevó el cadáver a Caracas, donde le hizo un sepelio de Estado, en que participó el Presidente Carlos Andrés Pérez junto a todo su gabinete.

En dicha ciudad dio empleo a varios refugiados políticos del gobierno de Allende, como Arturo Girón, ex ministro de Salud; Darío Pavez, ex gerente general de CORFO; Patricio Huidobro, ex vicecanciller; José Jorquera, ex jefe de prensa, entre otros. “Nunca he sido socialista pero siempre he sido daltónico en todo lo que tiene que ver con los derechos humanos”, asegura a este diario.

Precisamente por esa ayuda solidaria a nuestro país, el Presidente Eduardo Frei lo condecoró en noviembre de 1996 con el mayor mérito a un civil, que es la gran cruz de O’Higgins.

Tras la detención de Leopoldo López en 2015, Arria publicó una carta abierta a la Presidenta Michelle Bachelet en el diario El País, de España, en que le dijo que «permanecer en silencio ante la tragedia de nuestro país solo puede considerarse como un acomodo amoral. Cuánta falta distinguida señora Bachelet nos hace que se teja igualmente una trama de solidaridad con nuestra patria. Usted pudiese hacer mucho en ese sentido en nombre de los chilenos que viviendo con nosotros se hicieron parte nuestra«.

El rol de Arria en los procesos de paz en los Balcanes

Diego Arria, de profesión economista, fue ministro de Información y Turismo de Venezuela, gobernador del Distrito Federal, diputado, representante permanente de Venezuela ante la ONU y presidente del Consejo de Seguridad, donde le tocó participar en los procesos de paz en Bosnia, los Balcanes y Ruanda. Estuvo trabajando en las Naciones Unidas hasta 2007 como asesor  del secretario general Kofi Annan.

De paso en Chile para participar en la Sexta versión del seminario internacional UFPP, dirigido a jóvenes de América Latina y organizado por la Fundación Para el Progreso, hasta el 11 de agosto, Diego Arria conversó con “El Líbero” sobre la crisis que vive su país y sobre la postura que ha tenido el gobierno de Chile.

– ¿Qué se está viviendo hoy en Venezuela?

– Una tragedia económica como nunca ha sufrido ninguna nación de América Latina en el último siglo. Es una situación inédita, en la cual una banda de narcotraficantes ha logrado secuestrar, controlar y gobernar a Venezuela.

– ¿Qué medidas pueden salir de la asamblea constituyente?

– Ya salió lo primero. Crearon una especie de comisión de la verdad para perseguir a diputados y disidentes. Su propósito es crear un estado comunitario e imponer el poder popular. Vamos en camino acelerado a replicar el modelo político cubano, que hace inviable  toda opción electoral en Venezuela y va a ocurrir ante todos los ojos de América Latina, que ojalá hable de una manera mucho más fuerte y clara, que sean menos sofisticados en el lenguaje y mucho más humanitarios.

Diego Arria: «Vamos en camino acelerado a replicar el modelo político cubano, que hace inviable  toda opción electoral en Venezuela y va a ocurrir ante todos los ojos de América Latina»

– ¿Cómo se sale de esa crisis?

– Tengo tiempo diciendo que la salida no será convencional. Lo convencional sería si tuviéramos un gobierno y se puede aspirar a tener elecciones. Nosotros llevamos 19 años participando en todo tipo de elecciones, y no importa que las ganemos porque la victoria es insuficiente para un régimen que no es un gobierno, que no le importa la opinión pública, que es una tiranía narcomilitarizada. Por lo cual sería algo inédito salir por la vía electoral de un régimen de esa naturaleza. Creo solamente en la presión permanente de la gente en las calles, unido a un creciente apoyo de la comunidad internacional, que por muchos años permaneció indiferente a nuestra tragedia, a pesar de que Venezuela fue el país más activo en los últimos 60 años en las causas de derechos humanos de todos los países de América Latina, con la excepción de México, y en especial de Chile.

Diego Arria: «Creo solamente en la presión permanente de la gente en las calles, unido a un creciente apoyo de la comunidad internacional, que por muchos años permaneció indiferente a nuestra tragedia»

– Ud. dice que esa indiferencia internacional con Venezuela ha estado cambiando. ¿Por qué?

– El factor que detonó ese cambio fue el primer informe sobre Venezuela del secretario general de la OEA, Luis Almagro, que energizó a mi pueblo y empezó a llamar la atención de los gobiernos que no se habían percatado de la dimensión de la tragedia. Creo que ha expuesto al mundo la realidad de la desgracia venezolana.

– ¿Cuál es su opinión de la postura de Bachelet respecto de la crisis venezolana?

– He sido crítico con varios gobiernos, más con el gobierno de la presidenta Bachelet. También lo fui con el gobierno de Lagos. Publiqué una columna en El País de España titulada “A la Presidenta Bachelet”, donde le decía que era amoral no tomar en consideración cuando otros países, que habían perdido la democracia,  no eran ayudados; y que  así como vine una vez voluntariamente a recoger a un amigo, Orlando Letelier, por qué no mandaba a uno de sus ministros a Venezuela a rescatar a uno de nuestros presos políticos. Nunca me ha contestado.

-¿Esa actitud de Chile se ha mantenido o ve un giro? El canciller Muñoz ha hecho críticas al régimen venezolano que antes no decía.

– Lo comparto. Pero luego regresa al idioma diplomático y en la ONU negociar es una palabra normal cuando se negocia entre gobiernos, pero no quieren reconocer que tenemos una narco-tiranía militarizada, secuestrada por carteles de droga que tiene presionada a la cúpula militar. Heraldo es un hombre muy inteligente, que sabe perfectamente en manos de quien estamos. Sin embargo, el lenguaje no refleja esa realidad. Vi recientemente una declaración suya donde equipara las partes de una manera inadecuada, donde víctimas y victimarios son iguales. Eso me parece inadecuado. Chile, que es un país que sufrió tanto una dictadura, pensé que tendría una sensibilidad extrema en el manejo de una relación con un país, como el nuestro, que de manera poco protocolar y poco diplomática no hizo más que defender los intereses de Chile.

-Hace un tiempo el canciller dijo que era prematuro pedir la libertad de los presos políticos venezolanos.

– Eso lo dijo hace como tres años en la prensa brasileña cuando pusimos la condición al régimen, de que debía liberar los presos políticos y Muñoz dijo que era prematuro hablar de la liberación de los presos políticos. Y le contesté qué hubieran pensado ustedes de nosotros si cuando los familiares de Orlando Letelier me pidieran que hiciera algo por él, yo hubiera dicho que era muy prematuro pedir la liberación de los presos de Pinochet de la isla Dawson.

 – ¿Qué podría hacer Chile por Venezuela?

– Chile es el país más moderno de América Latina, no depende de Venezuela para el petróleo -por lo no puede ser victimizado-, casi no tiene relaciones comerciales y podría tener una voz mucho más fuerte. Además, tiene la autoridad de un gobierno democrático. Curiosamente, México, que está más alejado y que siempre ha tenido una política de no comentar la situación de otros países, se ha convertido en un adalid de la lucha porque se ha dado cuenta que lo que está en juego es el rescate de la libertad, y que la epidemia venezolana puede contaminar a toda América latina.

Diego Arria: «Chile es el país más moderno de América Latina, no depende de Venezuela para el petróleo, -por lo no puede ser victimizado-, casi no tiene relaciones comerciales y podría tener una voz mucho más fuerte»

– ¿Qué le dice a quienes en Chile defienden al régimen venezolano, como el Partido Comunista, entre otros?

– (Hace una pausa) Todavía hay defensores de Hitler en Europa, a pesar de todos los crímenes y delitos. Hay chilenos, como José Miguel Vivanco, que son un adalid y héroe para los venezolanos. Lo prefiero a él antes que a todos los comunistas chilenos.

– ¿Le transmite algún mensaje a la Presidenta Bachelet?

-Nunca tuve la oportunidad de recibir la respuesta de Bachelet a mi columna en El País. Lamento mucho que no aprovechara esa oportunidad de responder, porque era un reflejo de lo que los demócratas venezolanos aspirábamos de su gobierno.

– ¿A qué cree que se debe este giro reciente de Chile con Venezuela?

– Creo que los nuevos gobiernos en Argentina y Brasil han tenido mucho que ver con el cambio de Chile. También es evidente el colapso del régimen venezolano, y que las evidencias crecientes de las violaciones a los DD.HH. lo colocan como un régimen forajido y criminal. Le hacía muy difícil a Chile no cambiar su posición. Para nosotros era muy importante que se sumara la voz de Chile. En la carta le dije a Bachelet que cuando llevábamos el cadáver de Letelier a Venezuela lo honramos en el palacio de la ciudad y el Presidente Carlos Andrés Pérez, con todo su consejo de ministros, se plantó frente al féretro de Letelier. Con ello dieron a entender que el gesto venezolano de repudio y condena a una dictadura era más importante que cualquier conveniencia o lenguaje diplomático.

Diego Arria: «Creo que los nuevos gobiernos en Argentina y Brasil han tenido mucho que ver con el cambio de Chile. También es evidente el colapso del régimen venezolano, y que las evidencias crecientes de las violaciones a los DD.HH. lo colocan como un régimen forajido y criminal. Le hacía muy difícil a Chile no cambiar su posición»

Carta de réplica del ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz

Sr. Director

Como es de costumbre, El Líbero crítica o distorsiona las actuaciones o dichos de la Cancillería y de este Canciller.

En la entrevista a mi amigo Diego Arria, férreo opositor venezolano, desliza críticas inducidas por preguntas infundadas de su medio como, por ejemplo, que “hace un tiempo el Canciller dijo que era prematuro pedir la libertad de los presos políticos venezolanos”. Tal afirmación, supuestamente de hace tres años, es absolutamente falsa e injuriosa.

Igualmente es tendenciosa la afirmación disfrazada de pregunta que “el Canciller Muñoz ha hecho críticas al régimen venezolano que antes no hacía”, cuestión que es obvia pues la situación en Venezuela ha ido empeorando con el tiempo, lo que amerita respuestas donde la prudencia diplomática cede a afirmaciones más contundentes. Pero esta no ha sido una situación nueva. Baste decir que he acumulado siete notas de protesta del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, por afirmaciones de apoyo a la democracia en ese país, que he realizado desde el año 2015, algunas notas venezolanas incluso con ofensas “ad hominem”. Ello demuestra la endeble indagación periodística de la afirmación-pregunta de que el suscrito hace ahora críticas “que antes no hacía”.

En todo caso, agradezco la importancia que su medio le da a la Cancillería, y valoro las notas personales de especial agradecimiento que me ha enviado privadamente hace años mi amigo Diego Arria, por mi defensa de la democracia y los derechos humanos en Venezuela, aunque ahora no se reflejan fielmente en la entrevista en su medio.

Atentamente

Heraldo Muñoz

Ministro de Relaciones Exteriores de Chile

 

Nota de la redacción: La pregunta supuestamente “infundada” a la que se refiere el ministro Heraldo Muñoz en su carta, se basa en la afirmación realizada por el mismo Diego Arria en una entrevista del día lunes 7 de agosto en un programa radial.

La transcripción textual de sus declaraciones a la emisora es la siguiente: “Recuerdo incluso, que Heraldo, hace un par de años llegó a Venezuela y dijo, ‘no hay que hablar todavía de la liberación de los presos políticos. Eso es prematuro’. Yo dije, ‘qué tal si cuando a mí me pidió la viuda de Letelier que viniera a hablar con Pinochet yo hubiera dicho, no, mira, es muy prematuro’. Nunca dije eso. Vine, negocié y me lo llevé”.

Ese es el fundamento de la pregunta que cuestiona el canciller Muñoz. Es posible que malentendidos como este puedan estar también detrás de la errónea percepción del ministro de que este medio “distorsiona las actuaciones o dichos de la Cancillería y de este Canciller”.

Acogemos los agradecimientos que realiza el ministro Muñoz a la importancia que nuestro medio le da a la Cancillería y revalidamos nuestro compromiso de seguir adelante con esta tarea.

 

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