Javiera Blanco se ha convertido en el nuevo ícono del cuoteo político luego de que la Presidenta Michelle Bachelet la eligiera como consejera del Consejo de Defensa del Estado, un cargo inamovible en el que podrá estar hasta los 75 años ganando sobre $7 millones.

Sin embargo, su caso no es el único que ha generado polémica en la última semana, ya que varios ex diplomáticos de carrera han denunciado públicamente la designación de la Mandataria de embajadores aduciendo únicamente razones políticas, algo que habitualmente hacen los gobiernos pero que en este caso ha tomado ribetes de escándalo por la propia Nueva Mayoría.

La molestia comenzó luego de que la DC reclamara contra el gobierno por haber nombrado de embajador en Uruguay al socialista Carlos Parker, aduciendo que el cupo les correspondía porque estaba el actual ministro del Interior, Mario Fernández.

Las molestias en la Nueva Mayoría por el cuoteo de los embajadores

Además, el partido que dirige Carolina Goic había exigido que el reemplazante de Carlos Appelgreen -actual director general consular- en Bruselas fuera del partido, lo que tampoco fue considerado pues actualmente se espera la confirmación del nombramiento del embajador de carrera, hoy en Haití, Raúl Fernández Daza, según publicó el pasado fin de semana El Mercurio.

Como compensación, la Cancillería elegiría como embajador en la República Checa al ex diputado DC Renán Fuentealba, pero el partido alega que esa sede tiene menor importancia que Montevideo o Bruselas.

Según versiones de prensa, personeros del partido consideran los nombramientos como “una falta de respeto” hacia la DC, y así se lo hicieron ver al canciller Heraldo Muñoz y al subsecretario Edgardo Riveros (DC).

Parece que la rebelión tuvo resultado, ya que se menciona el nombre del embajador DC José Miguel Cruz en el estratégico cargo de director general administrativo del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Ex diplomáticos: “La Cancillería ha sido cooptada por los partidos políticos”

Juan-Salazar-ex-embajador-chileno1-e1447700287908.jpgJuan Salazar, diplomático chileno de extensa carrera como embajador en Australia, Nueva Zelanda, Unión Europea-Bélgica y Dinamarca, envió una carta el jueves pasado a “El Mercurio” titulada “Politización de la Cancillería” reclamando que ha sido “cooptada por los partidos políticos” de la Nueva Mayoría.

Los nombramientos de embajadores y de algunos directores del ministerio son por cuoteo político, perjudicando la profesionalización del servicio exterior. La intervención de los partidos llega al extremo de estar politizando a los mismos funcionarios de carrera”, escribió Salazar.

El también ex director de la Academia Diplomática Andrés Bello denunció que los nombramientos no son ‘una falta de respeto a la DC’, sino una falta de respeto al país. ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar el clientelismo de la Nueva Mayoría (DC incluida) en la administración pública chilena?”.

jaime-lagosSu carta fue respondida al siguiente día por el también embajador  de carrera Jaime Lagos Erazo, quien estuvo en la diplomacia durante 43 años sirviendo como embajador en Polonia, Malasia, Brunei, Vietnam, Japón y Dinarmarca.

En su texto, afirma que “coincide plenamente” con las críticas del cuoteo político que formuló Juan Salazar, “en el sentido de que faltando tan poco para el término de nuestro gobierno se siga con el cuoteo político en el nombramiento de embajadores”.

Lagos Erazo, quien también fue director general de política exterior y se identifica “cercano en ideales a la Nueva Mayoría” agrega el nombre de Marcia Covarrubias como embajadora en París,  y expresa su “profunda decepción por esta nefasta práctica que nuestro gobierno ha proseguido como en administraciones anteriores”.

El ex diplomático espera que en el futuro el Senado “pueda ejercer alguna facultad en estas designaciones”.

Los escándalos de embajadores políticos chilenos

Estos están lejos de ser aislados, ya que son profusos los escándalos que han protagonizado embajadores políticos durante este gobierno, varios de los cuales han debido renunciar, como el ex diputado Patricio Hales, en París, y el abogado comunista Eduardo Contreras en Montevideo.

Hales fue acusado de acoso y malos tratos por una funcionaria de la embajada, y Contreras acusó a la DC de ser golpista, y a la derecha de estar detrás de la bomba que explotó en la estación Escuela Militar del Metro.

El propio Carlos Parker que nombró Bachelet en Montevideo estuvo envuelto en 2013 en una denuncia penal ante la justicia venezolana por el presunto delito de estafa, causa que también llegó al tribunal supremo del PS, donde se le imputaron graves amenazas e insultos y se pidió la expulsión del partido.

Otro escándalo protagonizó el embajador chileno en Filipinas, Luis Lillo -nombrado por Bachelet en junio de 2014-, quien enfrenta una serie de denuncias por supuesto maltrato laboral y fue llamado a informar a Santiago.

El embajador en China, el PPD Jorge Heine, fue acusado de maltrato laboral por 11 funcionarios chinos que terminaron renunciando durante su gestión. Tanto a él como a su señora los denunciaron por tratos humillantes, vejaciones y de descalificaciones verbales, como tratar de “bitch” a la ama de llaves de la sede diplomática.

Otro embajador político, el periodista comunista Claudio de Negri, quien representa a Chile en Vietnam, fue cuestionado luego de que en un congreso internacional de militantes comunistas asegurara que nuestro país tiene como “norte el socialismo”, y que “la historia de la Humanidad continúa siendo trazada por la lucha de clases”.

Pero la polémica no la han protagonizado sólo los embajadores, sino el propio canciller Muñoz, quien cuando el Senado de Brasil destituyó a Dilma Rousseff emitió un comunicado en que la calificaba de “amiga” y miraba “con preocupación los acontecimientos de los últimos tiempos”.

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